(El País, 10-09-2024) | Laboral

Casi un 30% de los empleos a nivel mundial están vinculados a las exportaciones, según el informe de 2024 sobre el comercio global publicado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) este lunes. Sin embargo, los beneficios de este fenómeno no se distribuyen de manera equitativa, y el incremento de políticas restrictivas está amenazando el crecimiento económico. El proteccionismo ha resurgido con fuerza, intensificado por la pandemia y la guerra en Ucrania, lo que ha provocado un aumento de la intervención gubernamental. Algunas naciones, como México y Vietnam, han sabido sacar provecho de estas tensiones, incrementando sus exportaciones a Estados Unidos luego de que este último impusiera más restricciones a China.

Las cifras más recientes de la OMC indican que entre 1995 y 2019 el porcentaje de empleos ligados a las exportaciones creció cinco puntos porcentuales a nivel global, alcanzando casi tres de cada diez empleos. En ciertos países, esto ha permitido aumentar los ingresos de los trabajadores menos cualificados y reducir los precios para los consumidores. El informe abarca tanto los trabajos en industrias exportadoras como los creados en etapas anteriores en más de 60 países, y excluye el año 2020 por los efectos de la pandemia.

El documento subraya que la liberalización comercial ha contribuido a mejorar el bienestar económico en general, impulsando el crecimiento y creando empleos bien remunerados. Los sectores en expansión ofrecen nuevas oportunidades laborales, incluso para los trabajadores con menos habilidades, ayudando a mitigar la desigualdad salarial en algunas naciones. Por ejemplo, en Alemania, la brecha de ingresos entre los trabajadores más y menos remunerados se redujo un 10% entre 2022 y 2023. A nivel global, la diferencia de ingresos entre trabajadores altamente cualificados y los menos cualificados también ha disminuido, lo que sugiere una reducción de la desigualdad en varias economías.

A pesar de estos avances en el mercado laboral, la OMC reconoce que algunas personas pierden sus empleos o ven reducidos sus salarios debido a la competencia extranjera. Por ejemplo, las regiones de Estados Unidos especializadas en manufactura vieron una disminución relativa de los ingresos tras el aumento del comercio con China, mientras que las áreas centradas en agricultura y servicios experimentaron mejoras. De manera similar, en Alemania, las zonas con una alta concentración de empresas textiles sufrieron pérdidas de empleo debido a los lazos comerciales con China y Europa central, mientras que las áreas dedicadas a la industria automovilística se beneficiaron. En China, el sector agrícola también registró pérdidas de empleo. Los más afectados por la apertura comercial suelen ser las personas de bajos ingresos, los trabajadores menos cualificados, los pequeños empresarios y las mujeres.

Además, los mayores beneficiarios de la globalización siguen siendo los países ricos. Las economías de bajos ingresos, que agrupan a más de 880 millones de personas, representan solo el 1% del comercio mundial, una cifra que se ha mantenido sin cambios desde 1995. Otro problema importante es el aumento del proteccionismo. Según la OMC, "hay una creciente competencia global por los subsidios, lo que está distorsionando los mercados y favoreciendo a las economías de altos ingresos y emergentes". Si esta tendencia continúa, la falta de inclusión en el comercio global podría frenar el crecimiento sostenido y aumentar las disparidades económicas a largo plazo.

Esta advertencia llega en un momento de crecientes tensiones entre China y la Unión Europea por los subsidios a los coches eléctricos. La decisión de Bruselas de aumentar los aranceles a estas importaciones ha llevado a Pekín a iniciar una investigación sobre los subsidios a los productos lácteos europeos, como el queso fresco y azul, la leche y la nata. Para España, esto podría derivar en represalias contra las exportaciones de carne de cerdo, un sector que genera miles de millones de euros y numerosos empleos. Este temor ha sido uno de los temas clave en la reunión que tuvo lugar el lunes entre el presidente Pedro Sánchez y su homólogo chino Xi Jinping. "Una guerra comercial no beneficiaría a nadie", afirmó el gobierno español en un foro con empresarios chinos y españoles.

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