(El País, 19-12-2024) | Mercantil, civil y administrativo

La incertidumbre y la ausencia de reglas claras no son aliados para los negocios, y el sector empresarial en Cataluña está acusando la incertidumbre generada por el acuerdo entre ERC y el PSC para avanzar hacia la soberanía fiscal en la región. Aunque el impacto del procés ha disminuido en las urnas, con la pérdida de la mayoría independentista en las elecciones autonómicas de mayo, persisten las dudas sobre si la Generalitat asumirá la gestión de todos los impuestos generados en Cataluña (IRPF, IVA, Impuesto de Sociedades, entre otros). Este escenario, sumado al temor de un posible incremento de la carga fiscal, ya elevada, ha reactivado la fuga de empresas, un fenómeno que afecta al tejido productivo catalán de forma continua desde hace años.

Pese a que Cataluña sigue atrayendo empresas que deciden mudarse entre comunidades y algunas de las que se marcharon durante el procés consideran regresar (como Cementos Molins, primera cotizada en hacerlo), el número de compañías que abandonan la región supera al de las que llegan. Entre enero y septiembre, según datos de Informa D&B, 429 empresas se trasladaron a Cataluña, mientras que 704 se mudaron a otras regiones, dejando un saldo negativo de 275. En el tercer trimestre, el periodo estival no frenó esta tendencia, con la pérdida de 75 empresas.

El saldo negativo de 275 empresas es el más alto registrado entre comunidades autónomas y triplica la cifra del mismo periodo de 2023, cuando se perdieron 80 compañías. Además, es el peor resultado desde 2021, cuando se registró una pérdida neta de 348 empresas. En los últimos años, los balances anuales fueron de 218 empresas perdidas en 2022 y 128 en 2023. Esto evidencia un resurgimiento de la fuga empresarial en los últimos trimestres, impulsado por factores como los ecos del procés, la dependencia del Gobierno central de los partidos independentistas y las dudas sobre la implementación de un modelo fiscal catalán.

Mientras Cataluña sufre esta fuga, la Comunidad de Madrid continúa siendo la principal receptora de empresas que trasladan su sede social. Entre enero y septiembre, de los 4.020 cambios de domicilio registrados en España, 1.369 eligieron Madrid, el 34% del total. Aunque 1.170 empresas dejaron Madrid en ese periodo, la región terminó con un saldo positivo de 199 empresas, frente a las 38 ganadas en el mismo periodo de 2023. A pesar de haber registrado un saldo negativo en el tercer trimestre (-26 empresas), algo inusual, Madrid ha acumulado unas 5.500 compañías desde 2015, coincidiendo con las pérdidas de Cataluña, que no ha tenido un solo trimestre positivo en este periodo.

La Comunidad de Madrid contrasta con Cataluña al ofrecer un entorno político y jurídico estable, favorable a la inversión, con impuestos moderados y una reducción gradual de las trabas administrativas. Tras Madrid, la Comunidad Valenciana fue la segunda región con mayor saldo positivo, sumando 87 empresas entre enero y septiembre, aunque será necesario esperar los datos del cuarto trimestre para evaluar el impacto de la histórica dana que azotó la región en octubre. Andalucía, Galicia y Baleares completan la lista de regiones con balances positivos, mientras que Navarra (-81), País Vasco (-60) y Murcia (-38) acompañan a Cataluña en las comunidades con pérdidas empresariales netas.

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