(Cinco Días, 13-03-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El Gobierno español tiene como objetivo incentivar que los ahorros de los ciudadanos salgan de los depósitos y cuentas corrientes y se dirijan hacia la financiación empresarial, por lo que está trabajando en un nuevo producto de ahorro que motive a los inversores minoristas a ahorrar a largo plazo. Esta iniciativa se lleva a cabo junto a países como Alemania, Francia, Italia, Polonia, Países Bajos y Luxemburgo en el marco del Laboratorio de Competitividad de la Unión Europea, con el propósito de fomentar la integración del mercado de capitales europeo. Esta medida coincide con un aumento de las necesidades de inversión en Europa, especialmente en áreas como la transición energética, la digitalización y la seguridad.

Dentro del Laboratorio de Competitividad, una de las propuestas más apoyadas por los países involucrados y la Comisión Europea es la creación de una etiqueta paneuropea para productos de ahorro, que podría aplicarse a una cuenta o un instrumento específico, estableciendo requisitos y condiciones comunes. El Ministerio de Economía ya está trabajando en el diseño de este producto de inversión, con la intención de tenerlo definido en los próximos meses. Según el ministro Carlos Cuerpo, se espera concretar este proyecto y lanzarlo a partir de la segunda mitad del año, detallando las características comunes del producto europeo de ahorro.

Aunque aún falta más claridad sobre el producto, varios expertos han instado a los países europeos, y en particular a España, a desarrollar cuentas de ahorro individuales orientadas a la inversión, para fomentar la participación de los pequeños ahorradores en los mercados de capitales. Estos productos permitirían invertir en diversos activos, como depósitos bancarios, acciones, fondos de inversión o bonos, de manera sencilla y con un horizonte de inversión a largo plazo. La OCDE ha sido una de las últimas instituciones en recomendar esta fórmula, pidiendo al Gobierno de Pedro Sánchez que implemente opciones de inversión flexibles y una tributación simplificada, lo que permitiría una mayor libertad a la hora de elegir activos.

Entre los ejemplos que la OCDE ha citado, destacan modelos implementados en países como Suecia, Reino Unido y Francia. En Suecia, por ejemplo, el producto más conocido es la cuenta ISK, lanzada en 2012, que ha tenido una excelente acogida. Esta cuenta simplifica tanto la gestión como la fiscalidad, permitiendo agrupar diferentes productos de inversión europeos sin necesidad de declarar ganancias o pérdidas. El ahorrador paga un impuesto anual estándar sobre el valor de la cuenta, y desde 2024, los primeros 13.600 euros están exentos de tributación. En cuanto a Francia, el Plan d'Épargne en Actions (PEA) permite invertir en acciones de empresas europeas con exenciones fiscales si se mantienen las inversiones durante más de cinco años, con un límite de 150.000 euros por ahorrador.

El objetivo de la Comisión Europea con esta iniciativa de Unión del Ahorro y la Inversión es movilizar el ahorro de los ciudadanos y ampliar las oportunidades de financiación para las empresas. Según datos de la Comisión, el 34% de los ahorros de los europeos, que ascienden a 33 billones de euros, están en efectivo y depósitos bancarios. La propuesta busca canalizar mejor este ahorro, promover la participación de los minoristas en el mercado de capitales y ofrecer productos de inversión simples y de bajo coste. Grandes inversores como BlackRock y Vanguard apoyan la creación de estas cuentas, señalando que se debe incentivar la inversión periódica.

Desde la Asociación Española de Banca (AEB), se argumenta que no es necesario crear nuevos productos financieros, ya que el mercado actual ya ofrece suficientes oportunidades, aunque reconocen que la cuenta de ahorro e inversión sueca es una "iniciativa interesante". Por otro lado, la CNMV considera que la creación de cuentas individuales de ahorro e inversión sería la mejor opción para alcanzar los objetivos previstos, subrayando la importancia de la fiscalidad para fomentar la participación de los pequeños inversores en los mercados de capitales.

También se han sumado al debate instituciones españolas como el Banco de España, que destaca el potencial de los Fondos Europeos de Inversión a Largo Plazo (ELTIF) para movilizar el ahorro hacia inversiones estratégicas, aunque también señala que las diferencias fiscales entre los países pueden generar distorsiones. Por ello, sugieren la creación de un marco fiscal armonizado. Desde Inverco, se subraya la falta de incentivos públicos para promover la inversión minorista, especialmente los beneficios fiscales sobre las plusvalías, que fomentarían el ahorro a largo plazo.

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