(Cinco Días, 12-03-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El Banco de España ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para la economía española, elevándolas en dos décimas para este año, del 2,5% al 2,7%. Esta actualización se sustenta en tres factores clave: en primer lugar, el sólido avance del 0,8% registrado en el último trimestre de 2023, que sorprendió positivamente y eleva automáticamente las expectativas de PIB y crecimiento para 2025. En segundo lugar, el incremento de las rentas y salarios de los hogares, ya que la renta media familiar creció un 9% en los tres primeros trimestres del pasado año (sin considerar la inflación) y los sueldos por asalariado han aumentado un 5% en 2024. Esto supone una mejora del poder adquisitivo que se espera impulse el consumo privado. Por último, aunque el encarecimiento de la energía y el debilitamiento de la economía en la zona euro serán factores negativos, estos quedarán compensados por los elementos anteriores.

A pesar de esta revisión optimista, el Banco de España advierte sobre la "extraordinaria" e "incrementada incertidumbre geopolítica". Los indicadores de incertidumbre están aumentando significativamente debido a las medidas anunciadas por Estados Unidos, especialmente en materia arancelaria, y a la incertidumbre sobre su impacto y las posibles respuestas de otros países. "La experiencia histórica indica que en este tipo de contextos el crecimiento económico tiende a resentirse", señala el organismo. En el caso de España, el impacto de un aumento de la incertidumbre global suele reflejarse en la actividad y la inversión en el transcurso de un año.

El Banco de España destaca que, ante este panorama, hogares y empresas pueden retrasar sus decisiones de gasto e inversión, mientras que aumentan los riesgos de disrupciones en las cadenas de suministro, como ocurrió durante la pandemia y la crisis energética. En EE.UU., ya se observan señales de debilitamiento en la confianza económica y el consumo, en un contexto en el que la moderación de los precios se ha visto afectada temporalmente por el alza en los costos energéticos. Además, los mercados financieros siguen mostrando valoraciones altas y primas de riesgo contenidas, lo que genera la posibilidad de ajustes bruscos en los activos financieros, con impacto en el crecimiento y la confianza.

Estas previsiones no contemplan aún el impacto de las tensiones geopolíticas ni de los aranceles, aunque el banco considera que, en su escenario base, la economía española mantendrá un crecimiento sólido en los próximos trimestres. Sin embargo, todavía no es posible determinar cómo afectará al crecimiento el aumento del gasto en defensa o el estímulo fiscal previsto en Alemania. En cualquier caso, los economistas del organismo advierten que la incertidumbre y los aranceles pueden suponer un riesgo a la baja para la economía.

Pese a este entorno incierto, la economía española sigue mostrando un desempeño superior al de la zona euro en los últimos dos años, superando de manera recurrente las expectativas. Este dinamismo se debe, en gran medida, a la fortaleza del empleo, la llegada de inmigración y la recuperación progresiva de los salarios tras la crisis inflacionaria. El consumo público, que representó el 39% del crecimiento en 2023 y el 27% en 2024, podría perder algo de impulso este año con la aplicación de las reglas fiscales europeas, aunque factores como el mantenimiento de las ayudas al transporte hasta mitad de año y los gastos por la DANA podrían moderar esta desaceleración. También se espera un papel clave de los fondos europeos, cuyos desembolsos podrían superar el 1% del PIB en 2025 y 2026. En este sentido, el Banco de España prevé que la inversión privada, actualmente débil, se reactive gracias a estos fondos, la reducción de los costes financieros y un repunte en la inversión en vivienda, aunque esta última sigue enfrentando desafíos como la escasez de mano de obra.

El crecimiento continuará con fuerza en el primer trimestre de 2024, con un avance estimado entre el 0,6% y el 0,7%, una ligera desaceleración respecto al 0,8% de los trimestres anteriores, pero notablemente superior al 0,2% previsto para la eurozona en el mismo período. No obstante, el Banco de España advierte que será crucial vigilar hasta qué punto la economía española puede seguir creciendo a un ritmo claramente superior al de sus principales socios comerciales, Francia y Alemania. Aunque el sector exterior español ha crecido más que los mercados europeos a los que exporta -representando más de dos tercios de sus ventas-, se espera que esta divergencia se reduzca en el futuro. Además, el organismo muestra inquietud por la lenta recuperación de la inversión privada.

En cuanto a la inflación, también se ha ajustado al alza. La previsión media para 2024 ha subido en cuatro décimas, del 2,1% al 2,5%, debido al encarecimiento de la energía. Aunque los precios de los alimentos han moderado su crecimiento, los productos frescos siguen presionando la inflación, al igual que los sectores de hostelería y turismo, mientras que el transporte se ha beneficiado de las ayudas gubernamentales. Para 2026, se espera que la inflación se reduzca al 1,7%, aunque en 2027 podría repuntar ligeramente debido a la entrada en vigor del nuevo régimen de derechos de emisión de gases contaminantes. A nivel global, los analistas también han elevado sus previsiones de inflación en EE.UU. como consecuencia de las recientes medidas arancelarias.

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