(Expansión, 16-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo

Los banqueros centrales más estrictos están dispuestos a llevar las tasas al 3,25%. Existe incertidumbre sobre si esto marca un punto de inflexión o es un evento aislado. Eslovenia será el escenario del próximo cambio en la política monetaria europea. Si se confirma, este movimiento podría acelerar la reducción del costo del dinero. En el centro de congresos de Brdo, a poco más de una hora de la capital, Liubliana, el Banco Central Europeo (BCE) se prepara para anunciar una nueva rebaja de 25 puntos básicos en los tipos de interés, llevándolos al 3,25%.

Esta decisión, en una cumbre donde no se actualizarán las proyecciones macroeconómicas, implicaría romper con el ritmo de un recorte por trimestre, una estrategia que muchos miembros del Consejo de Gobierno consideraban adecuada hasta hace poco. La baja inflación en Europa, del 1,8% en promedio, con algunos países por debajo del 1,5%, junto con la debilidad económica y la política monetaria más relajada de la Reserva Federal de EE. UU. (Fed), ha llevado al BCE a actuar con mayor contundencia.

A pesar de no contar con nuevos datos del mercado laboral, un factor clave en decisiones recientes, los miembros del BCE parecen convencidos de que es necesario tomar más medidas. Aunque aún es posible alguna sorpresa, las probabilidades de que el BCE opte por una pausa en los recortes son mínimas.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, mencionó recientemente que "los acontecimientos recientes refuerzan la confianza en que la inflación alcanzará su objetivo a tiempo. Esto lo consideraremos en nuestra próxima reunión de política monetaria en octubre". A diferencia de sus predecesores, Lagarde solo suele hacer declaraciones que reflejan el consenso en el Consejo de Gobierno, lo que hacía que una posible reducción de tipos esta semana fuera muy probable.

Esa idea se consolidó la semana pasada tras los comentarios de varios miembros del ala dura del BCE, los denominados "halcones". Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, comentó sobre la mejora en la confianza que justifica más recortes, señalando que "no podemos ignorar los vientos en contra del crecimiento. Con señales de debilitamiento de la demanda laboral y un mayor progreso en la desinflación, es probable que la inflación caiga de manera sostenible hacia nuestro objetivo del 2% en un plazo razonable".

Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, fue más allá, indicando que está "abierto a considerar un nuevo ajuste en los tipos" tras datos de inflación "alentadores". Con estos factores, los inversores en el mercado de futuros descuentan una probabilidad superior al 90% de un recorte en las tasas. Ni siquiera los sólidos datos de empleo en EE. UU. han disminuido las expectativas de recortes en la eurozona.

Con la casi certeza de que los tipos seguirán bajando, y que tras octubre también se reducirán en diciembre, la atención está en si el BCE ha cambiado su enfoque de relajación monetaria o si es un ajuste temporal.

Para 2025, el recorte en esta reunión podría llevar a más reducciones en las próximas cumbres, alcanzando un nivel del 2,25% a mediados de año, que se considera un tipo de interés neutral. Sin embargo, si la reducción de octubre es un evento aislado, la política monetaria podría seguir siendo restrictiva hasta finales de ese año.

Yannis Stounaras, gobernador del Banco de Grecia y uno de los principales defensores de una política más flexible, señaló: "Incluso si reducimos los tipos 25 puntos básicos en octubre y otros 25 en diciembre, seguirán en el 3%, aún en terreno restrictivo. Si la inflación sigue cayendo hacia el objetivo del 2%, ¿por qué no continuar recortando en cada reunión?".

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