(Expansión, 26-07-2024) | Mercantil, civil y administrativo

El Banco Central Europeo (BCE) intensifica la supervisión bancaria. La institución, con sede en Fráncfort, reconoce los avances en gobernanza realizados por los bancos de la zona euro en la última década, pero identifica áreas que requieren mejoras.

Para ello, bajo la dirección de Claudia Buch en el Consejo de Supervisión Bancaria, el BCE ha publicado una nueva Guía de Gobernanza y Cultura del Riesgo. Este documento aclara las expectativas del BCE sobre la composición y funcionamiento de los órganos y comités de gestión bancaria, detalla las funciones y responsabilidades de control interno, subraya la importancia de la cultura del riesgo y describe las expectativas sobre los marcos de apetito de riesgo de las entidades.

"A pesar de los avances realizados, los bancos deben seguir mejorando sus estándares de gobernanza mientras el BCE intensifica su supervisión y toma medidas para asegurar la implementación de mejoras concretas", señalan desde el supervisor.

El BCE reconoce que son posibles y saludables diferentes modelos de gobernanza, pero vela por el cumplimiento de los estándares aprobados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Para ayudar a los bancos a enfrentar los cambios necesarios, el supervisor incluye ejemplos de buenas prácticas en su guía.

"En nuestra supervisión, vemos con frecuencia que las raíces de las vulnerabilidades bancarias están en la gobernanza y cultura del riesgo de la entidad. La mala gobernanza es un indicador temprano de problemas, y a veces, de crisis total", explica Frank Elderson, vicepresidente del Consejo de Supervisión Bancaria del BCE. Según Elderson, "una buena gobernanza y una sólida cultura del riesgo son esenciales y una prioridad para los supervisores globales en su misión de mantener a los bancos seguros y sólidos".

El BCE señala algunas deficiencias, como la falta de expertos en tecnología en casi el 20% de los consejos de administración de los bancos supervisados, un rol crucial en la era de la digitalización y la ciberseguridad. Además, el BCE destaca la necesidad de avanzar en políticas de diversidad en los órganos de control, ya que solo el 19% de sus miembros son mujeres, frente al compromiso del 33% adoptado en la UE.

También se ha detectado una insuficiente presencia de consejeros independientes en un tercio de los bancos supervisados, donde no alcanzan la mitad del consejo. El BCE solicita incrementar su número y realizar juntas sin la presencia de ejecutivos para mejorar el control en la toma de decisiones. Finalmente, pide que la remuneración del director de riesgos no esté tan alineada con los objetivos comerciales.

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