(El País, 22-11-2024) | Mercantil, civil y administrativo
La economía española ha mostrado un notable dinamismo que la posiciona favorablemente frente al resto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según los datos publicados este jueves por el organismo, el Producto Interior Bruto (PIB) de España ha crecido un 3,4% en el último año, duplicando la media del 1,7% registrada por los Estados miembros. Este sólido desempeño se explica por factores como el buen comportamiento del turismo, el crecimiento de las exportaciones de servicios empresariales, el consumo público, la fortaleza de la industria, la moderación de la inflación y el aumento de la población migrante. Todo apunta a que esta tendencia positiva se mantendrá hasta el cierre del año, a pesar de la debilidad económica de algunos socios europeos y el impacto que podría tener la próxima llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2025. El Banco de España confirma estas perspectivas, proyectando un crecimiento del 2,8% para este año, cinco décimas más de lo previsto en junio.
En el tercer trimestre, la economía española también destacó con un incremento trimestral del 0,8% entre julio y septiembre, superando el 0,5% promedio de la OCDE. Este avance se debió principalmente al impulso de la demanda interna y al aumento del gasto turístico, que creció un 1,5% en este periodo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la recuperación del consumo de los hogares ha sido clave, apoyada en el crecimiento poblacional y la recuperación del poder adquisitivo tras la moderación de los precios.
Solo cuatro países de la OCDE lograron un mayor crecimiento trimestral que España: Irlanda, México, Lituania e Israel, todos con cifras superiores al modesto avance del 0,4% registrado por la zona euro. A pesar de ello, el crecimiento europeo fue mejor de lo esperado por los analistas. Alemania evitó entrar en recesión con un aumento del 0,2%, mientras que Francia mejoró su ritmo de crecimiento al 0,4%, impulsada por el efecto positivo de los Juegos Olímpicos de París en el consumo. Irlanda lideró los incrementos con un destacado 2%, tras haber registrado una ligera contracción en el trimestre anterior. Lituania, con un 1,1%, y España, con un avance constante desde primavera, se situaron entre las economías más dinámicas, en contraste con el estancamiento de Italia.
El G-7 registró un aumento del 0,5% por segundo trimestre consecutivo, liderado por Estados Unidos, donde el PIB creció un 0,7% gracias al gasto de los consumidores, las exportaciones y el desembolso federal. El consumo sigue siendo el motor principal de la economía estadounidense, respaldado por bajos niveles de desempleo, salarios en recuperación y una inflación a la baja. Con un crecimiento interanual del 2,7%, Estados Unidos demuestra estabilidad económica, que será heredada por el próximo gobierno republicano.
En el lado opuesto, los mayores retrocesos trimestrales los registraron Hungría (-0,7%), Letonia (-0,4%) y Suecia (-0,1%). A nivel interanual, Israel destaca por la caída más pronunciada, con un retroceso del 1,4% en su PIB, situándose como la economía con peor desempeño entre los países de la OCDE, lo que ha llevado al gobierno a revisar a la baja sus previsiones para 2024.