(El Economista, 07-04-2025) | Laboral

El mercado laboral ha mostrado un desempeño positivo tras la pandemia: el número de afiliados a la Seguridad Social se mantiene por encima de los 21 millones y el desempleo ha retornado a niveles similares a los previos a la crisis financiera. No obstante, esta tendencia favorable podría estar cambiando, ya que empiezan a detectarse señales de tensión en el empleo. Actualmente, existen cerca de 18 desempleados por cada vacante disponible, según datos del INE, mientras que muchas empresas denuncian crecientes dificultades para cubrir los puestos que ofertan, al no encontrar candidatos con el perfil requerido.

Este problema queda reflejado en la encuesta que el Banco de España realiza cada trimestre a empresas. En el inicio de 2025, el 45,8% de las compañías consultadas reconocía problemas para encontrar personal cualificado, situando esta escasez de mano de obra entre los tres principales obstáculos para su actividad. Esta situación se agrava especialmente en sectores como la agricultura, la hostelería y la construcción, donde más de la mitad de las empresas encuestadas manifestó estas dificultades.

La raíz del problema radica en un desajuste entre oferta y demanda laboral: muchos desempleados se concentran en sectores con menor demanda de nuevos trabajadores, mientras que ámbitos con alta necesidad de personal, como el sanitario o el de servicios de información y comunicación, presentan menos de cinco parados por cada vacante, según un análisis de Asempleo basado en la EPA y la ETCL del último trimestre de 2024.

La relación entre desempleados y vacantes ha disminuido en los últimos años. A comienzos de 2022, había casi 24 parados por cada puesto disponible; pese a cierta volatilidad provocada por factores externos como los conflictos internacionales, esta ratio ha descendido hasta 17,5 a finales de 2024. Sin embargo, desde el ámbito de los recursos humanos se advierte que esta cifra sigue siendo elevada, considerando el contexto actual de descenso del desempleo y aumento de vacantes. Según el INE, entre los sectores público y privado se buscaba cubrir 148.000 puestos en los últimos meses del año pasado, frente a los 139.314 del cierre de 2023.

Aunque el número de vacantes en España aún es inferior al de otros países europeos, la creciente escasez de mano de obra se ha convertido en un reto inesperado para muchas empresas, y todo apunta a que se intensificará en las próximas décadas. Así lo señalaba un informe conjunto de BBVA Research y el IVIE publicado el pasado verano.

Este desequilibrio tiene un impacto directo en la economía, ya que limita la capacidad de crecimiento del empleo. El mismo estudio estimaba que esta situación ya ha supuesto una pérdida de 8.150 millones de euros en términos de PIB, y advertía que esta cifra podría triplicarse si España se alinea con la tendencia europea, donde los nuevos empleos requieren habilidades más específicas, muchas de las cuales no se adquieren en los itinerarios universitarios más habituales entre los jóvenes españoles.

Además de repercutir en las empresas, esta situación afecta tanto a los desempleados como a los trabajadores activos, al aumentar la competencia por cada vacante. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de reformar las políticas activas de empleo, con el objetivo de facilitar la reconversión profesional de los parados -especialmente los de larga duración- y adaptar el sistema educativo para preparar a los futuros trabajadores ante los nuevos desafíos del mercado laboral.

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