(El País, 23-04-2025) | Mercantil, civil y administrativo
"La economía global está atravesando una nueva etapa". Esta afirmación del economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas, no es una declaración habitual. La guerra comercial desatada por el expresidente estadounidense Donald Trump, mediante la imposición de los aranceles más altos en más de un siglo, ha provocado un giro radical en el sistema económico internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial. En este momento reina la incertidumbre propia de los grandes cambios, pero una cosa parece evidente: las decisiones de Trump han frenado no solo el crecimiento de Estados Unidos, sino también el del resto del mundo.
El tono general en las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que se celebran esta semana en Washington, es de preocupación. Se anticipa un menor crecimiento económico, una inflación persistente, mercados volátiles y una elevada incertidumbre sobre el futuro. Los cambios son tan acelerados que las previsiones económicas quedan obsoletas casi al momento de su publicación.
El FMI tuvo que rehacer a contrarreloj sus estimaciones tras la presentación de Trump del pasado 2 de abril. Los economistas del organismo, que normalmente tardan más de dos meses en revisar sus datos, tuvieron solo diez días para preparar nuevas proyecciones. Sin embargo, estas previsiones ya han quedado desactualizadas, ya que se basan en información recogida hasta el 4 de abril y no incluyen los acontecimientos más recientes, como la tregua parcial en los aranceles o la intensificación del conflicto comercial entre EE.UU. y China. Aunque se elaboraron escenarios alternativos, tampoco estos recogen los últimos desarrollos.
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, ha asegurado que no se anticipa una recesión global, aunque el organismo concede una probabilidad del 30% a ese escenario. Lo que sí se confirma es una reducción generalizada de las previsiones de crecimiento para casi todas las grandes economías, salvo España, que destaca por su dinamismo y se posiciona como la más sólida entre los países avanzados.
En contraste, ninguna otra gran economía se libra de revisiones a la baja. Estados Unidos verá caer su crecimiento al 1,8% este año (0,9 puntos menos) y al 2% en 2026, con un 37% de probabilidad de entrar en recesión. México es uno de los más afectados, con una contracción económica del 0,3% tras un recorte de 1,7 puntos. También China y Canadá experimentarán desaceleraciones notables, con revisiones a la baja de 0,6 puntos. La eurozona y la UE también ajustan sus cifras a la baja, con crecimientos esperados de solo el 0,8% y 1,2% respectivamente, mientras que Alemania se encuentra prácticamente estancada.
Japón y Reino Unido también se ven afectados, con caídas de medio punto en sus proyecciones, y lo mismo ocurre con economías emergentes como Brasil, India, Indonesia, Australia, Arabia Saudí o Nigeria. En conjunto, el FMI prevé ahora un crecimiento mundial del 2,8% para este año, frente al 3,3% previsto anteriormente, y del 3% para 2026. Estas cifras son las más bajas desde la pandemia y se encuentran entre las menores del siglo XXI, excluyendo las recesiones globales de 2009, 2020 y la crisis del 2001.
El FMI advierte que los riesgos siguen apuntando a la baja. Sus estimaciones resultan optimistas en comparación con las de otras entidades privadas. Georgieva ha señalado que un exceso de pesimismo también puede perjudicar la economía, razón por la cual el FMI ha moderado sus mensajes. En un escenario alternativo, que contempla la tregua arancelaria y la escalada del conflicto con China, el crecimiento mundial sería similar, pero con impactos más negativos en Estados Unidos y China, mientras que otras regiones se verían algo más beneficiadas, aunque de forma temporal.
El mensaje del Fondo va más allá de una simple corrección de previsiones: se trata de un cambio estructural profundo. "El sistema económico mundial tal como lo conocíamos desde hace 80 años está siendo rediseñado, marcando el comienzo de una nueva etapa global", afirma Gourinchas. Las reglas que regían el comercio y las finanzas internacionales están siendo cuestionadas y todavía no han sido reemplazadas por nuevas normativas claras. Desde finales de enero, Estados Unidos impuso aranceles a socios clave como Canadá, China y México, culminando el 2 de abril con tarifas generalizadas. El tipo arancelario medio estadounidense alcanzó niveles superiores a los de la Gran Depresión, provocando respuestas similares por parte de sus principales socios comerciales.
En un contexto de interconexión global como el actual, donde las cadenas de suministro y los flujos financieros cruzan fronteras constantemente, cualquier intento de desintegración genera graves riesgos económicos. Por ello, el FMI advierte que podríamos estar ante una "fuerte desaceleración del crecimiento global en el corto plazo".
El organismo también señala que esta falta de claridad sobre el acceso a los mercados -propios y ajenos- llevará a muchas empresas a frenar inversiones y limitar compras, mientras que las entidades financieras reconsiderarán sus condiciones de crédito ante la dificultad de evaluar riesgos. Además, la imprevisibilidad de las medidas impuestas añade un grado adicional de tensión e impide construir proyecciones sólidas y actualizadas.