(El País, 15-11-2024) | Fiscal

Para evitar su fracaso definitivo. Ante la falta de apoyos suficientes para sacar adelante su propuesta tributaria, PSOE y Sumar decidieron suspender la votación por segunda vez en la misma semana, con el objetivo de ganar tiempo hasta el lunes para continuar negociando. Esta decisión deja en suspenso el futuro del paquete fiscal pactado por la coalición, que incluye nuevos impuestos a banca, vapeo y bienes de lujo, un aumento de la presión fiscal sobre el ahorro y las Socimis, así como la recuperación de subidas fiscales anuladas por los tribunales. Además, compromete los acuerdos de recaudación con la Unión Europea y la implementación del tipo mínimo global para multinacionales.

En la construcción de esta reforma, el PSOE priorizó alcanzar un acuerdo con el PNV y Junts antes que con Sumar, su socio de coalición. Este pacto implicó renunciar al impuesto al sector energético, algo que ha generado el rechazo de Unidas Podemos, ERC, Bildu y BNG, aliados habituales del Gobierno, que ahora son el foco de las negociaciones. Al constatar que no lograba el consenso necesario en la Comisión de Hacienda del Congreso, prevista para este jueves tras el Pleno, el Ejecutivo volvió a posponer la reunión hasta el lunes. Esta comisión debe debatir las propuestas fiscales presentadas como enmiendas al proyecto de ley para transponer el tipo mínimo global del 15% para multinacionales, entre las que se incluye el paquete de reforma fiscal del Gobierno.

El acuerdo inicial del PSOE con Junts y PNV incluyó la eliminación del impuesto a las empresas energéticas tras las amenazas de deslocalización de Repsol. A cambio, se acordó prorrogar durante tres años el gravamen a la banca, con condiciones más suaves, y compensar la eliminación del impuesto energético igualando los tributos sobre el diésel y la gasolina, aunque excluyendo el gasóleo profesional.

Posteriormente, Sumar exigió incluir sus propias propuestas en la reforma, como aumentar en dos puntos el tipo marginal del IRPF sobre las rentas del ahorro superiores a 300.000 euros, hasta un 30%; reactivar alzas fiscales en el Impuesto de Sociedades previamente anuladas por el Tribunal Constitucional; implementar impuestos a bienes de lujo y vapeo; subir los gravámenes sobre tabaco; aplicar un IVA del 21% a los pisos turísticos; eliminar el régimen fiscal especial de las Socimis y las exenciones fiscales para seguros sanitarios.

Sin embargo, estas propuestas de Sumar han llevado a Junts y PNV a reconsiderar sus apoyos, al tiempo que han generado nuevas demandas por parte de los aliados de izquierda, como Unidas Podemos, ERC, Bildu y BNG, quienes insisten en mantener el impuesto al sector energético. Ante este panorama, el Gobierno suspendió la votación por segunda vez, tras haber hecho lo mismo el lunes pasado.

Incluso, durante las negociaciones, se consideró como una posibilidad que la Comisión aprobara únicamente el proyecto de ley para transponer el tipo mínimo global, dejando de lado la reforma fiscal para ser renegociada. El PP se ofreció a apoyar esta transposición si el Gobierno renunciaba a las medidas tributarias adicionales. A pesar de ello, el Ejecutivo decidió hacer un último intento para lograr un acuerdo contrarreloj.

El Gobierno confía en que este retraso no impida aprobar la reforma antes de fin de año. Aunque la Comisión se ha pospuesto al lunes, la votación final en el Pleno del Congreso sigue prevista para el jueves siguiente. Incluso podría darse el caso de que las enmiendas no se cierren en la Comisión y sean debatidas y votadas directamente en el Pleno, lo que ampliaría el plazo de negociación hasta tres días más. Después de eso, el texto deberá pasar por el Senado, donde el PP tiene mayoría, y posiblemente volver al Congreso, lo que podría llevar las votaciones hasta las festividades navideñas.

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