(El Confidencial, 16-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
La economía española continuará destacándose entre las principales economías europeas al menos hasta 2026. Este año se espera que crezca un 2,9%, superando su potencial, y el próximo año lo hará un 2,4%. ¿El motivo principal? El fuerte impulso de las exportaciones, especialmente en los servicios no turísticos, junto con el aumento del consumo privado, que en gran medida se debe a la creación de empleo, mayoritariamente de origen extranjero, más que a un incremento considerable de la renta disponible real de los hogares. Todo esto ocurre en un contexto de reducción de la deuda pública, que volverá a situarse por debajo del 100% del PIB, y de disminución del déficit, que este año será del 2,9% y descenderá cuatro décimas más el próximo.
Estas proyecciones han sido realizadas por BBVA Research, que ha pospuesto su publicación respecto a años anteriores para incorporar las recientes revisiones al alza de Estadística, lo que ha obligado a actualizar sus estimaciones. En el análisis del BBVA destaca la consolidación de España como la economía más dinámica entre las grandes economías europeas, en gran parte gracias a factores estructurales, como su elevada dependencia del sector servicios, el cual es el principal motor de crecimiento. En contraste, economías como la de Alemania, Francia e Italia están sufriendo más por el deterioro del sector manufacturero, que no ha logrado recuperarse desde antes de la pandemia.
Cabe señalar que, a diferencia de otros sectores, los servicios (como el turismo, la asistencia social o la sanidad) requieren mucha mano de obra, lo que influye directamente en el crecimiento económico. Además, otro factor clave es el aumento de la población. Desde 2021, el 90% del crecimiento de la población activa (personas ocupadas y desempleadas que buscan empleo) ha sido impulsado por la inmigración. Según los economistas, mientras no haya obstáculos o políticas que desincentiven la llegada de inmigrantes a España, se espera que esta tendencia continúe. Este es el principal diferencial con la Unión Europea, donde los flujos migratorios son más limitados.
Sin embargo, como subraya Rafael Doménech, jefe de análisis económico, para que esta situación se mantenga es esencial que el mercado de la vivienda funcione adecuadamente, ya que si se vuelve inaccesible, los inmigrantes dejarán de venir, pues necesitan un lugar donde vivir. Por ahora, aseguran que la inversión en vivienda nueva está aumentando, aunque de manera lenta, como lo demuestra el incremento en los visados de obra nueva. Uno de los cuellos de botella es precisamente la falta de inmigrantes suficientes para cubrir la demanda en sectores intensivos en mano de obra, como la construcción, la hostelería, o incluso en servicios relacionados con la seguridad.
En cualquier caso, España, al igual que el resto de la Unión Europea, podrá beneficiarse de la relajación de la política monetaria debido a la disminución de la inflación, lo que generará un impulso adicional al consumo privado. BBVA Research estima que el Euríbor se situará a finales del año pasado en el 2,5%, aunque advierte que los futuros descensos serán más lentos de lo que anticipa el mercado. Los analistas señalan que los menores tipos de interés "aliviarán las cargas financieras y permitirán un mayor crecimiento del endeudamiento, lo que debería apoyar el aumento del consumo y la inversión".
Es importante recordar que, a diferencia de otros países, la mayoría de las hipotecas en España están vinculadas a tipos de interés variables, lo que beneficia a los hogares cuando los tipos bajan, pero los perjudica cuando suben. El aspecto más negativo, según Doménech, es que la inversión sigue siendo muy baja a pesar de los fondos europeos. De hecho, BBVA Research destaca que las empresas no parecen dispuestas a ampliar su capacidad productiva en este momento.