(Expansión, 10-09-2024) | Mercantil, civil y administrativo

El denominado "informe Draghi", solicitado por Bruselas, exhorta a la Unión Europea a triplicar el impacto del Plan Marshall mediante inversiones públicas y privadas en áreas clave como la innovación, la transformación energética, la autosuficiencia estratégica y la seguridad.

Según Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro italiano, quien elaboró este informe por encargo de la Comisión Europea, Europa enfrenta un "desafío existencial". No se trata solo de que su economía esté rezagándose a nivel global, sino que, si no reduce rápidamente la brecha de productividad frente a Estados Unidos y China, no podrá sostener su modelo social. Para afrontar este desafío, Draghi propone que la UE incremente las inversiones público-privadas en aproximadamente 800.000 millones de euros anuales en sectores como la innovación, la energía, la autosuficiencia y la defensa, lo que representaría triplicar la escala del Plan Marshall implementado tras la Segunda Guerra Mundial.

El informe, titulado "El futuro de la competitividad europea" y compuesto por 397 páginas en dos volúmenes, fue presentado públicamente ayer en Bruselas por Draghi junto a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Von der Leyen anunció que el documento se convertirá en la base de su política económica para los próximos años, adoptándolo como guía antes de presentar su nuevo equipo de comisarios.

El informe critica que, pese a la desaceleración económica que ha experimentado Europa desde principios de siglo, el continente se ha acomodado. Factores como el crecimiento de las exportaciones a Asia, el aumento de la participación femenina en el mercado laboral y la reducción del desempleo tras la crisis de 2008, junto a un entorno global favorable, relajaron las preocupaciones. Sin embargo, en términos de ingresos per cápita, Estados Unidos ha visto crecer los ingresos disponibles casi al doble de la tasa europea desde el año 2000. Según Draghi, Europa dependía de la protección de Estados Unidos en materia de defensa, lo que permitió desviar fondos hacia otras prioridades, bajo la presunción de que la estabilidad geopolítica continuaría y los países en los que confiaban seguirían siendo aliados.

Este escenario ha cambiado drásticamente. El crecimiento acelerado del comercio mundial ha disminuido, las empresas europeas enfrentan una competencia externa más feroz y el acceso a mercados extranjeros se ha complicado. Además, Europa perdió abruptamente a su principal proveedor de energía, Rusia, lo que pone de manifiesto la vulnerabilidad de las dependencias estratégicas.

Ante esta nueva realidad, Europa se ha quedado rezagada en la revolución digital, con solo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo siendo europeas. La población laboral de la UE también está en declive, y se espera que para 2040 disminuya en dos millones de personas por año. Esto reduce la proporción de trabajadores por jubilado, lo que agrava el problema.

Para abordar estos desafíos, Draghi señala que la inversión en Europa deberá aumentar en cinco puntos porcentuales del PIB, alcanzando niveles que no se veían desde las décadas de 1960 y 1970. El aumento requerido es equivalente a entre 4,4% y 4,7% del PIB europeo, lo que representa un incremento anual de entre 750.000 y 800.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas.

Draghi también considera crucial la emisión conjunta de deuda europea, los llamados eurobonos, para financiar proyectos estratégicos de innovación, infraestructuras y defensa. Según su visión, esta medida ayudaría a fortalecer la unión de capitales en la UE. El informe subraya que Europa debe actuar radicalmente para volverse más productiva y mantener sus valores fundamentales: prosperidad, equidad, libertad, paz y democracia. De no hacerlo, Europa perdería su razón de ser.

El documento identifica tres áreas clave para el crecimiento. La primera y más importante es cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en tecnologías avanzadas. En los últimos 50 años, Europa no ha creado ninguna empresa con una capitalización superior a los 100.000 millones de euros desde cero, a diferencia de EE.UU., donde varias compañías han alcanzado una capitalización de más de un billón de euros. Además, la regulación restrictiva y la falta de inversión en investigación son obstáculos que deben superarse.

La segunda área es una descarbonización coordinada de la economía, con el objetivo de hacer que la transición energética sea una ventaja competitiva para Europa. La región ya es líder mundial en tecnologías limpias, y este sector podría impulsar su crecimiento industrial, aunque enfrenta la fuerte competencia de China.

Por último, el informe aboga por aumentar la seguridad y la defensa comunes, reduciendo la dependencia de terceros países. Europa es vulnerable a choques externos, como la pandemia, debido a su fuerte dependencia de materias primas clave y tecnologías avanzadas, como los semiconductores.

ARE YOU LOOKING

FOR PERSONAL OR BUSINESS ADVICE?

Make your inquiry online or come visit us