(Expansión, 30-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo
España se proyecta este año como la economía avanzada con mayor crecimiento, superando incluso a Estados Unidos. El crecimiento estimado, impulsado por la inmigración, el turismo, la inversión extranjera y el gasto público, alcanzará un 2,7% según economistas de Consenso Económico, mientras que el FMI prevé un 2,9%. Este ritmo triplica el promedio de la eurozona, donde economías como Alemania y Países Bajos enfrentan dificultades, mientras que países del sur como España y Grecia destacan positivamente.
Sin embargo, el crecimiento per cápita es más modesto, lo que críticos atribuyen al aumento de la población activa debido a la inmigración. Aunque la entrada de 700,000 inmigrantes en edad laboral ha aumentado la población y generado empleo, muchos de estos puestos son de baja cualificación. Esto genera inquietudes sobre el poder adquisitivo y la calidad de vida, así como sobre la escasez de vivienda asequible, un desafío señalado por los opositores al Gobierno.
A pesar de la dependencia en el gasto público, que representó el 59% del crecimiento post-pandemia, la economía española ha crecido un 5,7% desde 2019, superando la media de la eurozona. Aun así, persisten dudas sobre la sostenibilidad de este crecimiento debido a la alta deuda pública, equivalente al 102% del PIB. El Partido Popular advierte que una expansión económica basada en gasto público no es viable a largo plazo.
El turismo continúa siendo clave, y el país espera superar el récord de 85 millones de visitantes del año pasado. Sin embargo, las exportaciones de servicios no turísticos, como banca y consultoría, están creciendo más rápido, y se prevé que generen más ingresos que el turismo en 2024. Además, España ha destacado como destino atractivo para la inversión extranjera directa, especialmente en energías renovables.
A pesar de estos logros, el crecimiento de la inversión local sigue limitado. Según Funcas, la inestabilidad política influye en la percepción de los empresarios españoles, especialmente en las pequeñas empresas, que sienten una mayor incertidumbre y muestran menor optimismo respecto a sus contrapartes internacionales.
El empleo en España ha alcanzado un récord de 21,8 millones de personas, aunque con una tasa de desempleo aún elevada del 11,2%. Los inmigrantes han ocupado el 40% de los nuevos empleos en los últimos tres años, mayormente en sectores de baja productividad como agricultura y hostelería. Expertos advierten que, aunque España experimenta un crecimiento en cantidad, aún le falta avanzar en términos de calidad.