(El País, 04-10-2024) | Mercantil, civil y administrativo

España no ha revelado su postura definitiva de cara a la votación clave de este viernes en Bruselas sobre el futuro de los aranceles a los coches eléctricos chinos. Sin embargo, ha dejado claro a la Comisión Europea su intención de mantener abiertas las negociaciones con China y evitar una guerra comercial a toda costa. Así lo ha comunicado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en una carta enviada al vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. En ella, el ministro subraya que es necesario "mantener abiertas las negociaciones y agotar todas las vías para encontrar una solución de compromiso", sin adelantar el sentido del voto.

La misiva sugiere posibles puntos de acuerdo, como la "reducción del impacto negativo de los subsidios", refiriéndose a la acusación de la Comisión Europea tras un año de investigación, en la que concluyó que los vehículos eléctricos chinos se benefician de una ventaja competitiva ilícita debido a las masivas ayudas que reciben. Además, España insta a que parte de la producción de baterías se traslade a Europa. En este contexto, se destaca que en España ya se está instalando una fábrica de coches chinos en las antiguas instalaciones de Nissan, así como un proyecto de baterías de litio en Extremadura.

Con esta carta, adelantada por Reuters, España matiza su postura respecto a la que tomó en julio, cuando apoyó la propuesta provisional de la Comisión de imponer aranceles adicionales, que oscilan entre el 17,4% y el 37,6%. Además, aclara de alguna manera las recientes declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien durante un viaje a China sugirió que la UE debería "reconsiderar" su decisión sobre los aranceles. Asimismo, la carta está en línea con la reunión reciente entre Dombrovskis y el ministro de Comercio chino, donde se acordó mantener las negociaciones abiertas más allá de la votación.

La posición española se alinea con la de Alemania, que ha insistido en evitar una guerra comercial y mantener las negociaciones con China, un país donde las principales empresas automovilísticas alemanas tienen grandes inversiones y temen posibles represalias si los aranceles adicionales se hacen permanentes durante al menos cinco años.

Este viernes se llevará a cabo la votación en la que la Comisión Europea se juega parte de su credibilidad en la política comercial de la Unión Europea. El resultado será un importante indicador sobre la política comercial y exterior del bloque comunitario, en un momento en el que la UE busca fortalecer su competitividad industrial frente a Washington y Pekín. La investigación sobre los coches eléctricos chinos se ha convertido en un símbolo de la postura europea ante China, a la que la UE considera simultáneamente un rival, socio y competidor en los ámbitos geopolítico y comercial. El enfoque hacia China sigue siendo uno de los temas más divisivos entre los Estados miembros.

Hace un año, la Comisión Europea inició una investigación sobre los coches eléctricos chinos ante la sospecha de que las ayudas de Pekín violaban las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Nueve meses después, se propusieron aranceles compensatorios de entre el 17,4% y el 37,6%, que se sumarían al 10% que ya se aplicaba. Esta medida fue votada de manera consultiva en julio y agosto, y España apoyó la propuesta en ese momento.

La reacción de China ha sido contundente. Pekín ha iniciado investigaciones sobre productos agroalimentarios europeos, afectando directamente a España en el caso de la carne de cerdo, y también a productos lácteos y el brandy. Esta medida busca presionar a los Estados miembros para que suavicen la postura de la Comisión Europea o bloqueen la imposición de los aranceles.

No será fácil para los países oponerse a la decisión de la Comisión, ya que se requiere una mayoría cualificada que represente al 55% de los Estados miembros y al menos el 65% de la población de la UE. Sin embargo, si la mitad más uno de los países votan en contra, Bruselas tendría que reformular su propuesta, lo que podría incluir la posibilidad de mantener las negociaciones con China a pesar de la aprobación de los aranceles.

Es probable que la propuesta de la Comisión se apruebe, como lo ha señalado esta semana el embajador alemán ante las instituciones europeas, Michael Clauss, aunque en el Gobierno alemán existen voces que defienden votar en contra, como el ministro de Finanzas, Christian Lindner. Si esta postura prevalece, Alemania podría unirse a Hungría, uno de los pocos países que ha declarado su intención de votar contra los aranceles a los coches eléctricos chinos.

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