(El País, 28-01-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La digitalización de la economía en España avanza a ritmos muy distintos dependiendo de la región. En la última década, el impacto de las nuevas tecnologías y la conectividad ha crecido significativamente, alcanzando un 21% del PIB nacional, cinco puntos porcentuales más que en 2013. Este crecimiento se traduce en un valor añadido bruto digital de 279.000 millones de euros. Sin embargo, el desarrollo digital no se ha distribuido de manera uniforme, y algunas comunidades autónomas han quedado rezagadas, mientras otras lideran este avance.
Madrid y Cataluña ocupan las primeras posiciones en términos de digitalización, mientras que 11 comunidades, junto con Ceuta y Melilla, muestran un crecimiento inferior a la media nacional. Entre estas regiones se encuentran Canarias, Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León. Según el informe La economía digital en España: avances y retos por regiones y sectores 2025, elaborado por la Fundación Cotec y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), estas comunidades tienen un peso y un crecimiento digital inferiores al promedio. Por otro lado, regiones como Andalucía, la Comunidad Valenciana y Baleares destacan por su evolución positiva, mientras que el País Vasco se encuentra en un liderazgo que no ha progresado significativamente.
El informe subraya que, aunque todas las comunidades han mejorado sus índices de digitalización, la brecha entre ellas se ha ampliado debido a los diferentes ritmos de desarrollo. La digitalización tiene un impacto directo en la productividad y los salarios de las regiones. Según Cotec, apoyarse en factores digitales de producción tiene dos beneficios principales: genera externalidades positivas que impulsan el crecimiento y aumenta la resiliencia económica ante crisis, ya que los sectores digitales son menos vulnerables a las fluctuaciones.
Madrid y Cataluña concentran gran parte del PIB digital del país, representando conjuntamente el 49% del total nacional. Esto contrasta con su contribución al PIB global, que es del 38% (19,6% Madrid y 18,8% Cataluña). En Madrid, un tercio de su actividad económica (30,3%) está vinculada a la digitalización, mientras que en Cataluña y el País Vasco este porcentaje es del 22,8% y 22,1%, respectivamente. En el resto de regiones, los niveles de penetración digital son menores, lo que limita su crecimiento.
La brecha digital tiene su origen en la especialización económica. Aunque la digitalización ha avanzado en 20 de los 21 sectores productivos principales desde 2011, los sectores con menor intensidad digital, como la agricultura, la hostelería y las actividades inmobiliarias, tienen más peso en las regiones menos avanzadas. Por el contrario, sectores como las telecomunicaciones, las actividades profesionales y la fabricación de maquinaria han experimentado los mayores crecimientos digitales.
El impacto también se refleja en el empleo y los salarios. Madrid, Cataluña, el País Vasco y Navarra cuentan con estructuras económicas más orientadas hacia los sectores digitalizados, lo que les permite concentrar el 44% de las profesiones digitales en España. Entre 2011 y 2023, el empleo en áreas digitales creció un 23%, duplicando el crecimiento general del empleo (11%). Estos perfiles no solo son más demandados, sino que también reciben una prima salarial del 43% en comparación con el salario promedio del país.
En resumen, aunque la digitalización ha avanzado en todo el territorio español, persiste una notable desigualdad regional que afecta al desarrollo económico y social de las comunidades autónomas. Impulsar políticas que favorezcan una distribución más equilibrada será clave para reducir estas diferencias y aprovechar al máximo el potencial de la economía digital.