(El País, 04-11-2024) | Laboral

El despliegue amplio de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante la pandemia y los meses posteriores tuvo un coste significativo para el Estado, pero se vio "ampliamente compensado" gracias al mantenimiento del empleo, lo que redujo el gasto en prestaciones por desempleo y aumentó los ingresos fiscales. Esta es una de las principales conclusiones del informe "Preparando el ERTE para el futuro" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), que resalta la efectiva gestión de España en el diseño y ajuste de esta herramienta de apoyo laboral durante la crisis sanitaria. Más de 3,5 millones de empleados fueron cubiertos por los ERTE en algún momento, con un coste superior a los 35.000 millones de euros.

Stefano Scarpetta, director del Área de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, presentó el informe en Madrid junto al secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, destacando que el Gobierno logró "rediseñar rápidamente" un modelo de ERTE que antes de la pandemia era "de difícil acceso" y, por ello, poco utilizado por las empresas. Tras la primera revisión de esta herramienta, la reforma laboral y el desarrollo del Mecanismo RED (nombre del sistema de protección temporal de empleo) supusieron "grandes avances", según Scarpetta. Sin embargo, los analistas de la OCDE creen que aún hay "margen de mejora" en el modelo español y proponen cuatro recomendaciones.

La primera de ellas es hacer que los ERTE sean "lo más simples y predecibles posible para las empresas", señaló el responsable de la OCDE. Según el estudio, "el diseño del sistema sigue siendo relativamente complejo y ha tenido numerosos cambios", y se podrían simplificar algunos aspectos. Aunque Scarpetta reconoce que España ha mejorado bastante en este ámbito, considera clave hacer más sencillo el acceso al mecanismo para las empresas o elaborar guías prácticas para su uso. "Es esencial que el funcionamiento de un ERTE sea claro tanto para las empresas como para los empleados", apuntó Alexander Hijzen, economista sénior de la división de Empleo e Ingresos de la OCDE, quien también participó en la presentación.

Otra recomendación de la OCDE es implementar un sistema de "bonus-malus" (un sistema de bonificaciones o penalizaciones similar al de los seguros) para que el apoyo en forma de financiación pública de las cotizaciones sociales no disminuya con el tiempo. De este modo, se evitaría agravar los problemas de liquidez durante dificultades temporales en la empresa, aplicando un ajuste en las cotizaciones sociales una vez finalizado el ERTE y en función de su uso. "Esto permitiría aumentar las cotizaciones de aquellas empresas que abusen de los ERTE", explicó Scarpetta.

La tercera recomendación se centra en la formación de los trabajadores afectados por un ERTE, la cual es obligatoria para empresas con exenciones en cotizaciones debido a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP). La OCDE sugiere mejorar la efectividad de esta medida, recomendando que la formación relacionada con el trabajo se imparta externamente por proveedores certificados y se evalúe periódicamente la efectividad de los cursos.

Finalmente, la OCDE advierte que, aunque los ERTE han sido efectivos, "no pueden resolver todos los problemas en una profunda recesión económica". En futuras crisis, recomienda que el Gobierno asegure apoyo económico efectivo para aquellos trabajadores para quienes el ERTE no resulta eficaz o disponible, como autónomos, trabajadores temporales y empleados de empresas con problemas estructurales.

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