(El País, 17-04-2025) | Laboral
La renta mediana de los mayores de 65 años en España -ajustada al nivel de precios de cada país mediante euros PPS- supera en un 6,4% la media de la Unión Europea. Esta diferencia se acentúa cuando se considera el nivel educativo: los mayores con estudios medios ganan un 26% más que sus equivalentes europeos, y los que tienen estudios superiores, un 18% más. Sin embargo, esta situación contrasta con la de los menores de 65 años, cuya renta, a igualdad de formación, es un 7,3% inferior a la media de los Veintisiete, según revela el estudio Formación, transición digital y calidad de vida de los mayores en España, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
El informe también destaca que, en comparación con el resto de la población, las personas mayores en España disfrutan de condiciones económicas más favorables. Los hogares encabezados por personas mayores acumulan más patrimonio neto: mientras que los hogares con jefes de familia entre 35 y 44 años poseen una riqueza media de 76.000 euros, esta cifra asciende a 226.000 euros en los hogares cuyos cabezas tienen entre 65 y 74 años, y a 221.000 euros en los de más edad. Aproximadamente un tercio de los mayores en edad de jubilación dispone de rentas que superan en al menos un 30% la mediana nacional. En contraste, el 23,2% de la población entre 18 y 64 años declara dificultades para llegar a fin de mes, frente al 15,9% entre los mayores.
El envejecimiento poblacional en España es evidente: el grupo de personas de 55 años o más ya representa el 34,6% de la población, y se espera que esta proporción suba al 43,3% para 2070. La esperanza de vida también ha aumentado notablemente -9,6 años desde los años 70- alcanzando los 83,2 años. Aunque hay desigualdades dentro del colectivo de mayores, estas son menos pronunciadas que entre los más jóvenes. La renta disponible del 20% más rico entre los mayores quintuplica la del 20% más pobre, mientras que entre el resto de la población la diferencia es aún mayor, con una proporción de 5,6 a 1.
Dentro del grupo de mayores, el nivel educativo marca diferencias clave. Los mayores de 65 años con solo estudios básicos tienen una renta mediana de 16.807 euros. Esta cifra asciende a 23.134 euros (un 37,6% más) entre quienes tienen estudios medios y a 30.864 euros (un 83,6% más) entre los que cuentan con formación superior. El patrimonio neto también varía significativamente según el nivel de estudios: mientras que los mayores con formación básica acumulan una mediana de 140.000 euros, esta sube a 243.000 euros para los de estudios medios y llega a los 503.000 euros para quienes tienen educación superior.
Gracias a estos mayores ingresos y patrimonios, los más formados están menos expuestos a situaciones de pobreza o exclusión social, y disponen de una mayor capacidad para afrontar imprevistos. Además, sus ventajas se extienden al ámbito del bienestar: presentan mejores condiciones de salud, una vida más activa, mayor implicación en actividades culturales y políticas, y un uso más frecuente de la tecnología. También mantienen relaciones sociales más estrechas, lo que se traduce en una mayor sensación de felicidad.
La formación también influye en la prolongación de la vida laboral. Entre las personas mayores de 55 años, solo un 7,5% de quienes solo terminaron la primaria sigue trabajando, mientras que la tasa de actividad alcanza el 47,5% entre quienes tienen estudios superiores. No obstante, España registra una menor participación laboral de los mayores de 65 años respecto al promedio europeo: su tasa de actividad es del 3,7%, frente al 6,6% en la UE.
El estudio también pone el foco en el elevado número de mayores que ni estudian ni trabajan. Aunque el fenómeno de los "ninis" se suele asociar a los jóvenes -el 16,1% de los españoles entre 25 y 34 años no estudia ni trabaja-, este porcentaje asciende al 38,1% en la franja de 55 a 64 años, y al 90,4% entre los de 65 a 74 años. Según los expertos, esta situación se explica por las pensiones relativamente generosas respecto al salario y la escasez de fórmulas de jubilación flexible o parcial.
Pese a esta baja participación, las condiciones laborales de los mayores de 65 años que sí trabajan son, en muchos casos, mejores que las de otros grupos de edad con el mismo nivel de formación. Así, el 90% de los mayores universitarios con empleo cuenta con un contrato indefinido, diez puntos por encima de los universitarios más jóvenes. Además, los salarios también son más elevados: quienes tienen entre 65 y 74 años ganan, de media, un 11,9% más que los trabajadores de entre 25 y 54 años con el mismo nivel de estudios. Esta diferencia llega al 25% en el caso de los titulados superiores.