(El Economista, 21-10-2024) | Laboral

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, la tasa de desempleo entre los trabajadores mayores de 55 años en España ha descendido al 9,97%, su nivel más bajo desde 2008. Este resultado pone de manifiesto la mayor participación de los trabajadores sénior en el mercado laboral, consolidándose como un grupo cada vez más relevante y activo. El aumento de su presencia refleja tanto cambios en las políticas laborales como el envejecimiento de la población, lo que está promoviendo una mayor permanencia en el empleo.

El envejecimiento demográfico y las reformas recientes en el sistema de pensiones han endurecido las condiciones para la prejubilación y la jubilación anticipada, lo que ha llevado a muchos trabajadores a retrasar su retiro hasta la edad oficial de jubilación. Este fenómeno también se ve impulsado por la creciente demanda de empleados sénior en sectores como la banca, los seguros, la atención sanitaria, la industria farmacéutica y el comercio, que han comenzado a crear productos y servicios específicamente para este segmento.

El 'III Monitor de Empresas de la Economía Sénior', elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, destaca que los trabajadores mayores de 55 años ya representan el 26% de la fuerza laboral en España, un incremento de casi 10 puntos porcentuales respecto al 16,8% registrado en 2023. Además, según el censo anual del INE, a finales de 2023 España contaba con 48.085.361 habitantes, de los cuales 7.324.613 tenían entre 55 y 64 años, un grupo que se incorporará al colectivo de mayores de 65 años en la próxima década.

Este panorama refleja cómo el envejecimiento de la población está impactando en el mercado laboral. Con un 20,1% de la población española mayor de 64 años, muchas empresas están adaptando sus estrategias para atender las necesidades de este sector creciente, particularmente en áreas como la banca, los seguros, la atención sanitaria, la industria farmacéutica y el comercio. Ante la dificultad para cubrir vacantes y un mercado laboral afectado por el envejecimiento, la importancia de los trabajadores sénior es cada vez más evidente.

Este cambio también responde a las reformas de las pensiones, que han limitado las prejubilaciones y jubilaciones anticipadas, impulsando a los trabajadores a mantenerse en activo hasta los 65 años. Además, el envejecimiento poblacional ha otorgado un papel crucial al colectivo de trabajadores mayores de 45 años en la sostenibilidad del mercado laboral, una tendencia que España espera atenuar, en parte, con la ayuda de la inmigración.

La atracción y retención de talento se ha convertido en un reto clave para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España, según un informe del Consejo General de Economistas (CGE) y la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa (Faedpyme). Actualmente, el 62% de las pymes expresan dificultades para encontrar los perfiles profesionales que necesitan, una cifra muy superior al 3% registrado hace una década. Este desafío se suma al envejecimiento demográfico, que afecta significativamente la estructura del mercado laboral.

El informe también señala que un 19% de las empresas en España ya han implementado políticas específicas para contratar a trabajadores sénior, mientras que un 40% ha desarrollado estrategias para retener y gestionar el talento de este grupo. Los datos de la EPA del segundo trimestre de 2023 refuerzan esta tendencia, con una reducción de la tasa de desempleo de los mayores de 55 años al 9,97%, frente al 11,05% del trimestre anterior, marcando así un mínimo histórico desde 2008 y destacando el creciente protagonismo de los sénior en el ámbito laboral.

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