(El Economista, 15-01-2025) | Laboral

El 42% de los contratos firmados en 2024 fue de carácter indefinido, lo que representa un avance significativo en comparación con el 9,6% registrado en 2019, pero también evidencia un estancamiento respecto al 43% alcanzado en 2023. Esto pone de manifiesto que, aunque la reforma laboral ha fortalecido la contratación estable en los nuevos acuerdos, la conversión de contratos temporales a indefinidos ha perdido impulso. En 2022, el primer año completo con la nueva normativa, se logró un récord de 1,13 millones de conversiones, pero desde entonces han caído un 66%, alcanzando únicamente 444.654 el año pasado, una reducción del 9,4% en comparación con 2023. Esto, a pesar de que las prórrogas de contratos temporales crecieron un 5,1%, superando el millón, cifra que multiplica por 2,5 los contratos que se transformaron en indefinidos.

Estos datos confirman que los contratos temporales siguen siendo una puerta poco efectiva hacia el empleo estable en España. Aunque inicialmente parecía que la reforma laboral, con sus mayores exigencias para convertir contratos temporales en indefinidos, había generado un cambio, los resultados de los últimos años han demostrado que ese efecto fue pasajero. Según las estadísticas anuales del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), la contratación total en 2024 alcanzó los 15,42 millones de contratos, una leve caída respecto a los 15,44 millones de 2023. De estos, 6,48 millones fueron indefinidos y 8,94 millones temporales. La disminución anual se centró en los contratos indefinidos, que se redujeron en 140.000 (un 2,1% menos), mientras que los temporales aumentaron en 120.000 (un 1,3% más). Sin embargo, en comparación con 2019, los contratos indefinidos han crecido un 200%, mientras que los temporales han caído un 56%.

Es razonable asumir que la combinación de menos contratos temporales y más contratos indefinidos iniciales ha llevado a un descenso en las conversiones de temporales a indefinidos en comparación con los niveles previos a la pandemia. Esto se refleja en el hecho de que, antes de la reforma, el 38% de los contratos indefinidos provenían de conversiones de temporales, mientras que en 2024 esta cifra se redujo al 6,9%, frente al 7,4% de 2023 y al 18,9% de 2022, cuando se registró el récord de 1,34 millones de conversiones.

En 2020, la pandemia generó una caída drástica en la contratación, especialmente en los contratos indefinidos, lo que provocó mínimos históricos en las conversiones. Sin embargo, estas se recuperaron con fuerza en 2021, aunque las cifras de ese año estuvieron influenciadas por la crisis sanitaria. El verdadero punto de inflexión llegó con la reforma laboral, que eliminó los contratos temporales por obra y servicio e impuso límites más estrictos a la renovación de contratos temporales, afectando especialmente a aquellos por circunstancias de producción, que tradicionalmente lideraban las conversiones.

Sin embargo, tras el auge inicial de 2022, las conversiones comenzaron a descender drásticamente, cayendo a la mitad de los niveles de 2019. Esto ya no puede explicarse por un aumento en la contratación indefinida, dado que en 2022 los contratos indefinidos representaban el 38% del total, solo cinco puntos menos que en 2024. Este cambio sugiere que muchas empresas han adaptado sus políticas de contratación para evitar los límites impuestos por la reforma, optando por contratos indefinidos desde el inicio en lugar de convertir temporales. Esto les permite evitar la antigüedad acumulada por el trabajador y aplicar el período de prueba.

Por otro lado, aunque el número total de prórrogas de contratos temporales también ha disminuido en línea con el descenso general de los contratos temporales, en 2024 esta tendencia se revirtió por primera vez desde la reforma. Las prórrogas representaron el 12,47% del total de contratos temporales, un nivel similar al 11,9% de 2019. Durante la pandemia, esta tasa llegó al 14% debido a la incertidumbre y el parón de la actividad económica. Además, la duración de las prórrogas ha cambiado: antes de la reforma, en 2019, el 65,5% duraba menos de tres meses, mientras que en 2024 esta cifra alcanzó el 85,4%. Asimismo, el 96% de los contratos temporales solo se prorrogan una vez.

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