(El Confidencial, 26-07-2024) | Laboral

Aunque los empleados han visto disminuido su poder adquisitivo debido a la crisis inflacionaria, los costes laborales han aumentado considerablemente. Según los datos más recientes del INE, en 2023 el coste por trabajador se incrementó hasta los 36.130 euros, la cifra más alta de toda la serie histórica y un 13,5% superior a los costes salariales anteriores a la pandemia. Aunque este aumento no compensa la inflación, representa una subida que duplica la acumulada en los once años previos. En menos de la mitad del tiempo, las empresas han experimentado un incremento en sus costes laborales que equivale al doble del registrado en la década anterior. Este aumento se debe a un incremento del 13,2% en el salario por trabajador y a una subida de casi el 16% en las cotizaciones sociales, derivada de las medidas gubernamentales para incrementar los ingresos de la Seguridad Social.

Las empresas han adoptado diversas estrategias para hacer frente al aumento de los costes laborales, como trasladarlos a sus precios. Han aprovechado la crisis inflacionaria para repercutir la mayor parte de estos costes en sus precios, pero también han recortado otros gastos. Uno de los más afectados ha sido el de la formación de sus empleados, esencial para mantener la actualización de conocimientos y la productividad de los trabajadores. Como suele ocurrir cuando algunos costes se disparan, las empresas buscan soluciones recortando en otras áreas. El porcentaje de gastos laborales dedicado a la formación de empleados cayó en 2023 por debajo del 0,2%, el dato más bajo de toda la serie histórica, igualando los niveles de los años de la pandemia cuando las empresas luchaban por sobrevivir.

En 2019, las empresas destinaban algo más de 77 euros anuales por trabajador a la formación; en 2023, esta cifra se redujo un 9% hasta los 70 euros. Teniendo en cuenta la inflación, la caída real supera el 20%. La disminución del gasto en formación ha sido constante en las últimas dos décadas y contradice las necesidades actuales. España enfrenta serios problemas de cualificación de su fuerza laboral, lo que impacta en la productividad y los salarios.

Hasta 2016, las empresas dedicaban algo más del 0,3% de su gasto laboral total a la formación, pero en los últimos años, este porcentaje se ha reducido en más de un tercio. Los recortes en formación han sido desiguales entre sectores, afectando más a las actividades de mayor valor añadido. Estas empresas, que enfrentan mayores dificultades para encontrar trabajadores cualificados, han recortado más en formación, temerosas de perder a estos profesionales.

En el sector de la información y las comunicaciones (incluyendo las TIC), el gasto en formación ha caído un 26% en términos nominales desde 2019 (casi un 40% en términos reales); en las actividades profesionales, científicas y técnicas, un 25%; y en el sector financiero, un 20%. En contraste, los gastos han aumentado en los sectores educativo y sanitario. Además, las empresas han reducido otras partidas de gasto, como el pago de transporte a sus empleados, que ha disminuido un 16% en los últimos cuatro años, a pesar del aumento de los costes energéticos, lo que probablemente ha obligado a los trabajadores a cubrir esos gastos. También se han reducido los gastos sociales en un 25%. Aunque en el corto plazo los trabajadores valoran más la subida salarial, los recortes en formación tendrán repercusiones en sus carreras a medio y largo plazo. La economía, en plena fase de digitalización y con la irrupción de la Inteligencia Artificial, requiere trabajadores capacitados. Sin reciclaje, las oportunidades futuras de los empleados se verán limitadas, afectando también la productividad agregada del país. 

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