(Cinco Días, 16-09-2024) | Mercantil, civil y administrativo

La pandemia obligó a las empresas cotizadas a transformar sus reuniones presenciales con los inversores en eventos virtuales. Las restricciones impuestas por el Gobierno llevaron a una modificación urgente de la Ley de Sociedades de Capital, permitiendo a las empresas celebrar la reunión de su principal órgano de gobierno mayoritariamente de forma telemática ese año. Sin embargo, hubo un error de enfoque, ya que los espacios físicos y virtuales no son equivalentes. La nueva normativa introdujo la exigencia de una conexión directa con todos los accionistas que participen de forma remota. En la práctica, esta exigencia, aunque bien intencionada, resultó inviable, especialmente para empresas con millones de accionistas. Por este motivo, en el evento "Las Juntas de Accionistas del Siglo XXI", celebrado el pasado miércoles en el Palacio de la Bolsa de Madrid, tres grandes empresas cotizadas, como Santander, Telefónica e Iberdrola, defendieron un nuevo concepto: la junta permanente, como solución a este problema teórico y práctico.

Actualmente, la situación ha generado algunas paradojas: es legal celebrar una junta en un espacio con capacidad para 200 personas sin conexión telemática, aunque otros accionistas no puedan asistir por falta de aforo. Sin embargo, es ilegal si se realiza de manera telemática y no todos pueden intervenir online. Los expertos coincidieron en que la junta telemática ideal debe garantizar la igualdad de participación para todos los accionistas, sin que sea necesario que todos intervengan simultáneamente. Jaime Pérez Renovales, secretario general y del consejo de Santander, señaló que en algunas ocasiones estas reuniones "se convierten en un espectáculo, donde algunos accionistas aprovechan para insultar al presidente o causar revuelo, buscando protagonismo a costa del tiempo de los demás."

Además, la ley actual también presenta desafíos para los accionistas extranjeros, que representan el 49% de los inversores del Ibex 35, según Javier Hernani, consejero delegado de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Esto complica la relación entre las empresas cotizadas y sus inversores, como han señalado los secretarios generales de estas grandes empresas, quienes aspiran a que los accionistas participen activamente en los cambios organizativos que se votan en estas reuniones.

Ignacio Gómez-Sancha, secretario del consejo de BME, destacó que "las empresas buscan maximizar la participación de los inversores en las juntas, ya que una mayor implicación de los accionistas se traduce en una mayor fidelidad y, a largo plazo, en una reducción de los costes de financiación". Sin embargo, advirtió que la regulación actual es insuficiente: "aunque permite las juntas exclusivamente telemáticas, exige que cumplan con todas las obligaciones de las presenciales, sin establecer límites como el número de asistentes o las formas de intervención, lo que puede hacer que las juntas virtuales sean más difíciles de gestionar."

Los nuevos contextos exigen nuevos derechos. El modelo a seguir en cuanto a juntas de accionistas es el de Estados Unidos, donde el 75% de estas reuniones anuales se han celebrado completamente en formato virtual en lo que va del año. En contraste, el 97% de las juntas del Ibex 35 han sido híbridas y solo el 2,9% presenciales, según un informe de Georgeson. La idea de que miles de accionistas se conecten simultáneamente en un espacio virtual es inviable. Pablo de Carvajal González, secretario general de Telefónica, reconoció que, a pesar de haber abierto los canales para que más personas participen, la asistencia no ha aumentado. "Es un tema cultural en España, especialmente entre los accionistas minoritarios", explicó. Durante la temporada de juntas de 2024, el quórum promedio de las empresas del Ibex 35 disminuyó ligeramente al 73,5%, frente al 74,0% de 2023, aunque se mantuvo por encima de los niveles de 2022 (71,8%) y 2021 (71,6%).

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