(Expansión, 12-11-2024) | Fiscal

El País Vasco implementará incentivos fiscales para que los planes de pensiones puedan ser rescatados como renta, con el propósito de integrarlos como complemento de las pensiones públicas. Además, incrementará el umbral mínimo para declarar la Renta a 19.000 euros y centrará las ventajas fiscales en jóvenes para facilitar la compra y alquiler de vivienda. La reforma tributaria, que se aplicará en 2025 tras su aprobación prevista para principios del próximo año, abordará cambios limitados en IRPF y Sociedades, con un enfoque en previsión social, vivienda, juventud, transición verde y el reto demográfico.

La revisión tributaria, calificada como moderada, dará un impulso significativo a las entidades de previsión social voluntaria (EPSV), la alternativa vasca a los planes de pensiones. Euskadi mantendrá los actuales límites de aportación (5.000 euros para aportaciones personales y 8.000 para contribuciones empresariales, con un máximo conjunto de 8.000 euros) y establecerá un tope de 4.000 euros para autónomos. Como novedad, el rescate en forma de renta será más favorable fiscalmente, integrándose al 60% en la base general y eximiendo la rentabilidad obtenida. Si se opta por el rescate en forma de capital, los intereses acumulados se incorporarán a la base del ahorro.

La reforma también incentivará las EPSV de empleo con deducciones que oscilarán entre el 10% y el 25%, según el porcentaje del salario destinado. Los jóvenes recibirán un incentivo fijo del 25% independientemente del importe aportado, para fomentar contribuciones tempranas. Aunque la patronal Confebask ha solicitado una reforma más ambiciosa, los cambios en fiscalidad empresarial son limitados, aunque se prevén ajustes adicionales en 2025 para atraer talento, fortalecer las empresas y promover la sostenibilidad.

En materia de transición verde, se aprobará una deducción del 35% para inversiones en descarbonización de activos industriales y se incrementará al 35% la deducción por gastos de I+D enfocados en reducir el impacto ambiental. También se incentivará la renovación de flotas con vehículos eléctricos, permitiendo una deducción del 35% tanto para empresas como para particulares, sumada a un 15% adicional por la instalación de puntos de recarga. En conciliación laboral, las empresas que ofrezcan medidas como flexibilidad horaria, guarderías gratuitas o teletrabajo tendrán deducciones especiales.

En cuanto a vivienda, se elevará a 19.000 euros el mínimo exento del IRPF, superando el actual de 14.000 euros y el umbral nacional de 15.876 euros (equivalente al SMI). Las deducciones por compra de vivienda habitual se mantendrán en el 18%, aunque a partir de 2026 se excluirá de este beneficio a quienes tengan bases liquidables superiores a 85.000 euros. Para los jóvenes, definidos como menores de 36 años (seis años más que en la normativa actual), las deducciones por compra serán del 23%, con un máximo de 1.950 euros, y la cuenta vivienda se ampliará de seis a diez años. Además, las donaciones de familiares de hasta 30.000 euros estarán exentas.

En el caso del alquiler, los inquilinos podrán deducir el 20% del gasto, ampliable al 35% para jóvenes y colectivos vulnerables. También se lanzarán beneficios para quienes cuiden de menores o personas dependientes, facilitando su reincorporación al mercado laboral.

Para garantizar la aprobación de estos cambios, el Gobierno vasco (PNV y PSE) necesitará buscar apoyos en la oposición, ya que solo en Vizcaya cuenta con mayoría suficiente. En Álava y Guipúzcoa, dependerán de acuerdos con el PP o EH Bildu, lo que podría explicar la cautela en la amplitud de las medidas propuestas.

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