(El Economista, 30-07-2024) | Mercantil, civil y administrativo
El inversor que acceda a su bróker con la intención de comprar Letras del Tesoro se encontrará con que la rentabilidad que puede conseguir es la más baja en todo el año. La deuda del Estado a 12 meses ofrece ahora un 3,18% en el mercado secundario, donde se intercambian los títulos después de ser emitidos en las subastas y donde los particulares también pueden acceder. El interés ha disminuido considerablemente en los últimos días, ya que ha crecido la expectativa de que los grandes bancos centrales reduzcan los tipos de interés en septiembre y realicen varios recortes antes de que termine 2024. Esto se refleja especialmente en la deuda a corto plazo.
La rentabilidad de las Letras a un año ha bajado unos 20 puntos básicos en julio, desde el 3,39% que se observaba a principios de mes. Solo en la última semana ha habido una reducción de 11 puntos básicos. Esta caída debería influir en la próxima subasta que el Tesoro Público celebrará la semana que viene, el 6 de agosto. En la última ocasión, a principios de julio, los títulos a 12 meses se colocaron a un interés medio del 3,37%.
Es importante asumir que renovar Letras del Tesoro a una rentabilidad mayor o igual es ya una tarea imposible. Esto se observa en las propias subastas. Desde junio, el Tesoro está colocando la deuda a 12 meses a un interés medio inferior al de la emisión de un año antes. Por lo tanto, el comprador de esta deuda se encuentra con un menor rendimiento si quiere renovar esos títulos al vencimiento. Todo indica que esto volverá a ocurrir en agosto. En ese mismo mes de 2023, estos títulos se adquirieron a un interés medio del 3,66%, algo prácticamente imposible de ver la semana próxima.
Hace solo diez meses, en pleno auge de inversores particulares por invertir en este activo que anteriormente no resultaba atractivo, las Letras llegaron a ofrecer una rentabilidad del 3,92% en el mercado secundario, un máximo no visto en más de una década.
Los movimientos de la última semana han provocado un aumento en las pendientes de las curvas de bonos, es decir, que se normalicen de manera que la deuda a más largo plazo ofrezca mayores rendimientos que la de corto plazo. Esto se ha producido por "una mayor caída de rentabilidades en los plazos cortos (la deuda de EEUU a 2 años cedió 11 puntos básicos y el Bund a 2 años 14 puntos básicos) en comparación con los largos (la deuda de EEUU a 10 años bajó 2 puntos básicos y el Bund a 10 años 3 puntos básicos), y quizás esto se debe a una mayor certeza de que septiembre traerá el primer recorte para la Fed, y el segundo para el BCE", señala Jesús Sáez, responsable de mercado de capitales de Natixis en España y Portugal.
La clave ha estado en los últimos datos conocidos. "En EEUU, tras una semana de mejores datos macroeconómicos, la probabilidad de ver bajadas de tipos en septiembre ya es del 100%, con un bono a 2 años que lo refleja ajustándose hasta el 4,36%", destacan desde Banco Sabadell. Uno de esos datos fue el deflactor de consumo privado PCE, uno de los más seguidos por la Fed. "Se espera que estos datos del PCE sigan respaldando las tendencias recientes en el mercado de deuda del Tesoro de menores rendimientos y una curva más pronunciada. Preferimos centrar nuestra exposición a la duración en torno al vencimiento a 5 años", señalan desde Janus Henderson. Gestoras como Pimco también indican que es probable que "la curva de rendimiento se empine" todavía más.