(El Confidencial, 19-02-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles a la Unión Europea y, en consecuencia, a España, es cada vez más tangible. Como muestra de esta preocupación, varias multinacionales con presencia en nuestro país han enviado una carta al secretario de Comercio de la Administración Trump, Howard Lutnick, solicitando que España quede exenta de dichas sanciones. Su principal argumento radica en el considerable déficit comercial que España ya mantiene con EE. UU.
Según la misiva, en 2024 las exportaciones españolas de bienes a Estados Unidos ascendieron a 18.180 millones de euros, mientras que las importaciones desde el país norteamericano alcanzaron los 28.193 millones, lo que deja un saldo negativo para España de más de 10.000 millones de euros. Este panorama contrasta con la situación general de la UE, que disfruta de un superávit comercial con EE. UU. de 235.571 millones de dólares, convirtiéndose en la segunda región con mayor excedente tras China.
El año pasado, el comercio bilateral entre España y EE. UU. se redujo: las exportaciones españolas cayeron un 3,8%, mientras que las importaciones bajaron un 0,3%. Ante este escenario, la Cámara de Comercio de EE. UU. en España (AmChamSpain) ha instado a la Administración estadounidense a considerar estas diferencias antes de establecer nuevos aranceles. Asimismo, ha pedido a la UE que, en caso de que se apliquen sanciones específicas a determinados países, tenga en cuenta esta situación a la hora de definir su respuesta comercial.
Las empresas temen que la imposición de nuevos aranceles por parte de Trump pueda desincentivar la inversión extranjera en España. Aunque la carta no menciona este punto de forma explícita, la postura del Gobierno español respecto a la Administración estadounidense podría influir en la situación. En particular, Pedro Sánchez ha sido crítico con los empresarios tecnológicos cercanos a Trump, a quienes ha denominado "tecnocasta".
Las compañías estadounidenses con operaciones en España abogan por encontrar "soluciones consensuadas que eviten represalias comerciales y aporten estabilidad tanto a empresas como a trabajadores en ambos lados del Atlántico". Entre estas empresas figuran gigantes como 3M, Citigroup, Coca-Cola, Google y Netflix. El sector tecnológico juega un papel clave en la disputa comercial entre EE. UU. y la UE, especialmente por la regulación del mercado digital que Bruselas ha implementado y que la Administración Trump rechaza.