(El Economista, 13-01-2025) | Laboral
La contratación de trabajadores se ha encarecido significativamente en un contexto de fuerte creación de empleo. Los costes laborales, que engloban el salario bruto del empleado más las cargas no salariales a cargo de la empresa (principalmente cotizaciones a la Seguridad Social), han aumentado casi un 20% más que los sueldos brutos de los trabajadores en los últimos cinco años, especialmente tras la pandemia. Este incremento se debe, en gran medida, a las subidas en las cotizaciones. Actualmente, un salario promedio supone entre 1.300 y 1.500 euros adicionales al año en costes laborales en comparación con 2018.
Los costes laborales incluyen el salario bruto, las contribuciones obligatorias a la Seguridad Social y otros gastos como indemnizaciones por despido o ayudas al transporte. Aunque las empresas pueden beneficiarse de deducciones y subvenciones para reducir estos costes, los analistas sugieren evaluar el impacto de las subidas considerando los costes laborales netos, es decir, descontando las ayudas del coste bruto.
El aumento de los costes laborales ha dificultado la recuperación del poder adquisitivo tras el periodo de alta inflación. Esto se debe a las alzas en las bases de cotización y la introducción de nuevas cuotas, que han incrementado el coste total por trabajador. Según los datos disponibles, el incremento de costes laborales por empleado en relación con 2018 se sitúa entre un 14,5% y un 20%, dependiendo del sector.
Los sectores de la construcción y la industria han experimentado aumentos más moderados, de alrededor del 15% entre 2018 y 2023, según la Encuesta Anual de Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE). En cambio, el sector servicios, que lidera la creación de empleo tras la pandemia, ha registrado un incremento del 20% en sus costes laborales en el mismo período.
Actualmente, un salario promedio de 26.555 euros brutos anuales implica un coste laboral total de 35.900 euros para la empresa, frente a los 30.880 euros que suponía en 2018 para un sueldo bruto de 23.000 euros. Esto significa que, mientras el salario bruto ha subido en 3.500 euros, los costes laborales han aumentado en 5.900 euros, lo que representa un alza del 18,5% en el gasto total para las empresas.
Entre los distintos componentes de los costes laborales, las cotizaciones obligatorias son las que más han contribuido al aumento. Según Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, estas han crecido un 28% en los últimos cinco años, siendo las contingencias comunes (destinadas a cubrir bajas laborales) las responsables del 65% de este incremento. En contraste, los gastos por conceptos no salariales, como incapacidades temporales o indemnizaciones por despido, han registrado un aumento marginal del 1,5%. En términos concretos, de los 144 euros mensuales adicionales en cotizaciones obligatorias desde 2018, 93 euros corresponden a contingencias comunes.