(El País, 18-02-2025) | Laboral

El año pasado, cerca de 190.000 trabajadores vieron modificadas sus condiciones laborales debido a reducciones involuntarias de jornada, suspensión de contrato o despidos. Según los datos publicados este lunes por el Ministerio de Trabajo, esta cifra supone un aumento de 8.000 empleados respecto a 2023 (+4,45%). Uno de los principales factores detrás de este incremento fueron los estragos causados por las inundaciones provocadas por la DANA en la provincia de Valencia el pasado octubre. Las lluvias afectaron directamente las condiciones laborales de 31.442 empleados, quienes recurrieron a los ERTE habilitados como medida de protección. En términos absolutos, en 2024 se registraron 867 despidos y 7.197 suspensiones de contrato o reducciones de jornada más que en los 12 meses anteriores.

Los datos del Ministerio reflejan que de los 189.203 trabajadores afectados a lo largo del año, 37.372 (19,8%) lo fueron por despidos colectivos, mientras que la mayoría, 151.831 (80,2%), sufrieron suspensión de contrato o reducción de jornada. En comparación con el año anterior, ambas cifras representan incrementos del 2,4% y el 5%, respectivamente.

El impacto de la DANA y la activación de ERTE -como ocurrió durante la pandemia- se evidencian especialmente en el segundo grupo, ya que 31.442 trabajadores se acogieron a este mecanismo. Esto significa que prácticamente una de cada cinco suspensiones o reducciones de jornada estuvo vinculada a este sistema de protección.

Como era de esperar, la Comunidad Valenciana fue la región con mayor número de intervenciones laborales en 2024, influida por las inundaciones. En este territorio se registraron 4.761 despidos, 57.432 suspensiones de contrato (la opción más utilizada para enfrentar la paralización económica) y 1.696 reducciones de jornada, afectando a un total de 63.889 empleados, de los cuales 53.838 pertenecen a la provincia de Valencia. Cataluña (19.062 trabajadores afectados) y Navarra (18.525) completan la lista de las regiones con mayor impacto laboral.

Los principales motivos que llevaron a modificar las condiciones laborales fueron la reducción de la producción (85.519 casos), la fuerza mayor (37.255) y las razones económicas (32.260). Estos factores encajan con la aplicación de los ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas (ETOP). Mientras que las suspensiones de contrato y reducciones de jornada se justificaron principalmente por la caída en la producción, los despidos se fundamentaron en razones económicas, sobre todo en el aumento de pérdidas empresariales (18.498 casos).

En cuanto a la distribución por género, la mayoría de los afectados fueron hombres (133.529), mientras que las mujeres representaron 55.674 casos. No obstante, el número de hombres afectados disminuyó un 0,8% respecto a 2023, mientras que el de mujeres aumentó un 19,6% (9.112 más que el año anterior).

Por sectores, la industria fue la más perjudicada, con 113.836 trabajadores afectados, incluyendo 99.647 suspensiones de contrato y 5.538 reducciones de jornada, siendo el sector con mayores cifras en ambas categorías. Le siguieron los servicios (69.464 afectados), la construcción (4.213) y el sector agrario (1.690). Sin embargo, el sector con más despidos fue el de servicios, con 26.266 ceses. Si se analiza por actividad económica, el sector de telecomunicaciones lideró los despidos colectivos con 4.337 casos, seguido del comercio mayorista e intermediarios del comercio (2.733) y la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques (2.383).

En cuanto a las suspensiones de contrato, la industria automotriz fue la más afectada, con 52.724 casos, seguida de la metalurgia (6.900) y los servicios de comidas y bebidas (6.318). Por su parte, las reducciones de jornada fueron más comunes en la fabricación de bebidas (690), la fabricación de material y equipo eléctrico (640) y el comercio mayorista e intermediarios del comercio (596).

Al igual que en el caso de los despidos, la principal causa de las suspensiones de contrato y reducciones de jornada fue la disminución de la producción, con 71.978 casos registrados. Las empresas más pequeñas, con menor capacidad de adaptación, fueron las más afectadas por los despidos. Las compañías de hasta 49 empleados acumularon 12.693 ceses, superando a aquellas con plantillas de entre 50 y 249 trabajadores, que registraron 9.999 despidos.

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