(Expansión, 14-11-2024) | Mercantil, civil y administrativo

Mientras la economía europea muestra signos de debilidad, España mantiene un sólido ritmo de crecimiento. El PIB español ha aumentado a tasas trimestrales de entre el 0,8% y el 0,9% durante los tres primeros trimestres del año, y las proyecciones indican que podría cerrar 2024 con un crecimiento anual del 3%, casi cuatro veces superior al de la zona euro. Sin embargo, esta aparente prosperidad no se refleja completamente en el bienestar de los ciudadanos. Los ingresos reales per cápita de los hogares españoles disminuyeron un 0,43% en el segundo trimestre, en contraste con el aumento promedio del 0,36% registrado en los países de la OCDE.

Estos datos, incluidos en un informe publicado recientemente por la OCDE, subrayan el desfase entre el avance macroeconómico y la situación económica de las familias. Aunque el PIB per cápita de España creció un 0,65% en el segundo trimestre, la renta real disponible de los hogares experimentó una nueva caída tras el repunte del 2% registrado en los primeros meses del año. Este patrón de deterioro ya se había observado al cierre de 2023, cuando también descendió un 0,32%.

La diferencia entre el PIB per cápita y la renta disponible es crucial para entender esta desconexión. Mientras que el primero mide el crecimiento económico global de un país, la segunda refleja los ingresos reales de las familias, que determinan su capacidad de gasto y bienestar. Según la OCDE, que utiliza los ingresos reales per cápita como indicador del nivel de vida, este desacople es evidente en España.

De los quince países analizados, España se encuentra entre los siete donde los ingresos reales per cápita de los hogares retroceden. Países Bajos (-2,25%), Irlanda (-2,22%), Chile (-1,16%) y Australia (-0,44%) registraron caídas más pronunciadas. En Alemania y Canadá, las reducciones fueron menores, con descensos del 0,24% y el 0,21%, respectivamente. En el caso de Alemania, esta caída se atribuye a un incremento de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, junto con un débil crecimiento salarial.

En España, los incrementos salariales y la moderación de los precios no fueron suficientes para mejorar la renta disponible. Por el contrario, en Portugal, los ingresos reales per cápita subieron un 2,13% gracias a un aumento significativo de los salarios, que han crecido un 23% en términos reales desde finales de 2021. Otros países con notables incrementos fueron Hungría (+1,47%), Austria (+1,14%), Reino Unido (+1,07%) e Italia (+1,04%). En menor medida, los ingresos también aumentaron en Estados Unidos (+0,43%), Francia (+0,35%) y Suecia (+0,23%).

A pesar de estas subidas, el informe de la OCDE señala una desaceleración general en el crecimiento de los ingresos reales per cápita en la mayoría de los países analizados. En el segundo trimestre, el incremento promedio fue del 0,36%, notablemente inferior al 1,29% registrado en los primeros tres meses del año. Todo esto ocurre en un contexto en el que el PIB real per cápita apenas avanzó un 0,3% en el conjunto de países estudiados.

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