(El Periódico, 10-09-2024) | Mercantil, civil y administrativo

Mientras Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Brasil imponen aranceles a los vehículos eléctricos chinos subsidiados para evitar que saturen sus mercados, Pedro Sánchez ha llevado este lunes a Pekín un mensaje en contra de las guerras comerciales. El presidente español se ha reunido con Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang, y con ambos ha abordado la resolución negociada de los conflictos.

"Una guerra comercial no beneficiaría a nadie", afirmó Sánchez en el encuentro del Consejo Asesor Empresarial hispano-chino, compuesto por 21 empresas chinas y 22 españolas, interesadas en promover el comercio y la inversión bilateral. Entre las empresas españolas presentes se encontraban Alsa, Grupo Antolín, BBVA, Cepsa, Denodo, Gestamp, GRI Renewable Industries, Grupo Jorge, Isdin, La Liga, Mondragón, Nicolás Correa, Osborne, Roca y Técnicas Reunidas.

La industria del porcino español está preocupada, ya que el Gobierno chino amenaza con imponer importantes aranceles como represalia por los aranceles temporales que la Unión Europea, con el apoyo de España, ha aplicado a los vehículos eléctricos chinos. El cerdo es uno de los productos más importantes que España exporta a China, alcanzando en 2023 un valor de 1.233 millones de euros.

"Medidas como los aranceles adicionales a los vehículos eléctricos chinos representan un desafío para todos", expresó Sánchez durante la inauguración del Foro España-China en Pekín. El presidente aseguró que España trabajará por una solución negociada dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio, donde ya se están abordando las tensiones comerciales. También señaló que es esencial mantener un diálogo constructivo y respetuoso entre España y China.

El mensaje de Sánchez en China tiene dos ejes principales: primero, que una guerra arancelaria no es beneficiosa para nadie; y segundo, que cualquier disputa debe resolverse de manera negociada. No obstante, el presidente ha mantenido un enfoque diplomático en público, sin desvelar si España apoyará o no en Bruselas la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos durante los próximos cinco años.

En privado, según fuentes de Moncloa, Sánchez no ha dudado en señalar a los líderes chinos que la situación actual no puede continuar: China debería dejar de imponer trabas a las exportaciones alimentarias españolas y reconsiderar sus políticas comerciales, ya que el déficit comercial de España con China es insostenible. España exporta menos de 8.000 millones de euros a China, mientras que las importaciones ascienden a unos 45.000 millones, una brecha que sigue aumentando.

En su encuentro con el primer ministro Li Qiang, Sánchez abogó por la necesidad de "tender puentes" entre China y Europa y defendió el multilateralismo. Se mostró sorprendido por la investigación que China ha iniciado sobre el porcino español.

El presidente español ha expresado su interés en seguir fortaleciendo las relaciones con China, razón por la cual ha visitado el país por segunda vez en menos de un año y medio, un hecho inusual para un mandatario español. El año pasado se celebró el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Según informaron a la agencia EFE fuentes presentes en la reunión, el primer ministro chino elogió el crecimiento económico de España en los últimos años, así como los avances en la transición verde y digital, y explicó que China está abriendo más su economía al exterior tras el cierre que impuso el Partido Comunista durante la pandemia, lo que afectó severamente al crecimiento del país y a las cadenas de suministro globales.

Finalmente, Sánchez también se reunió con Zhao Leji, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, un órgano legislativo que en realidad se limita a ratificar las decisiones del Gobierno de Xi Jinping.

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