(Expansión, 02-01-2025) | Fiscal
El Gobierno inicia el año con tareas pendientes heredadas de 2024. Uno de los principales atrasos es la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2025, un proceso que debía haberse iniciado en septiembre pero que continúa estancado en la negociación de la senda fiscal. Además, la falta de consenso ha impedido que Hacienda lograra en 2024 avanzar en la equiparación fiscal entre el diésel y la gasolina, un compromiso asumido con la Unión Europea en dos ocasiones.
Cabe destacar que el Ejecutivo ya había aprobado un techo de gasto histórico de 199.171 millones de euros para 2025, acompañado de una senda de reducción del déficit que fue rechazada por el Parlamento en julio. Ante la perspectiva de un nuevo rechazo en septiembre, debido a la alianza de Junts con PP y Vox, el Gobierno decidió retirar la propuesta. Posteriormente, el presidente Pedro Sánchez anunció la suspensión de las negociaciones sobre la senda fiscal hasta que los congresos políticos de Junts, ERC y el PSOE definieran sus liderazgos y objetivos.
Junts, por su parte, endureció su posición al exigir que las autonomías reciban un tercio del margen de déficit, lo que ha bloqueado hasta ahora cualquier acuerdo sobre la senda fiscal. Mientras tanto, ERC busca obtener concesiones específicas a cambio de mantener su apoyo. El establecimiento de una nueva senda fiscal es un requisito fundamental para avanzar en la elaboración del libro amarillo de los Presupuestos, que marca el inicio del complejo proceso de tramitación parlamentaria.
Por otro lado, Hacienda se comprometió con la Comisión Europea a aumentar la recaudación en 1.500 millones de euros anuales mediante medidas de fiscalidad ambiental, incluida la equiparación impositiva entre el diésel y la gasolina. Sin embargo, la oposición de Podemos impidió incluir esta medida en la reforma fiscal. Ahora, el Gobierno enfrenta el desafío de persuadir a sus socios para garantizar que convalidarán la medida en caso de que sea aprobada por decreto.