(El País, 05-02-2025) | Fiscal
El debate ya no gira en torno a si se debe aumentar el gasto en defensa en Europa, sino en cómo hacerlo. En un escenario de creciente inestabilidad geopolítica, la Comisión Europea estudia la posibilidad de flexibilizar aún más las reglas fiscales e incluso aplicar una suspensión extraordinaria, como ocurrió durante la pandemia de la covid-19, con el fin de otorgar a los Estados mayor margen para invertir en su gasto militar sin temor a sanciones por déficit excesivo. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, planteó esta medida a los líderes de los 27 países de la UE como una alternativa para fortalecer la industria de defensa europea y mejorar las capacidades militares, un sector que ha estado desatendido durante años. Todo esto ocurre en vísperas del tercer aniversario de la invasión rusa a gran escala en Ucrania y en un contexto en el que el presidente estadounidense, Donald Trump, presiona a sus aliados europeos para que aumenten su inversión en defensa.
"Si observamos los presupuestos nacionales, han estado limitados por las nuevas normas del pacto de estabilidad y crecimiento. Sin embargo, en tiempos extraordinarios, pueden aplicarse medidas extraordinarias dentro del mismo pacto, y creo que vivimos en tiempos extraordinarios", afirmó Von der Leyen el lunes por la noche, tras una reunión con los Veintisiete sobre defensa, organizada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
La búsqueda de mecanismos que permitan ampliar el margen de gasto en los presupuestos nacionales es, además, una forma de ganar tiempo ante otro debate que ha cobrado fuerza en la UE en los últimos meses: cómo financiar conjuntamente al menos una parte de la enorme inversión en defensa que se requiere. En Bruselas, pocos creen que este debate pueda abordarse abiertamente antes de las elecciones legislativas en Alemania, previstas para el 23 de febrero. "La Unión Europea no contempla asumir una deuda común", advirtió el canciller alemán, Olaf Scholz, tras la reunión en Bruselas. Sin embargo, en esta ocasión, Berlín no cuenta con el respaldo de algunos de sus tradicionales aliados en materia de austeridad. Países como Finlandia, Dinamarca y las repúblicas bálticas se han alineado con Polonia, principal defensora de esta opción.
Una anécdota ocurrida durante la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo refleja el delicado manejo de este tema para evitar tensiones con Alemania. El primer ministro polaco, Donald Tusk, comentó que percibió una actitud "más positiva" del canciller Scholz hacia sus propuestas al inicio de una intervención. No obstante, al concluir su discurso, pidió a los periodistas que fueran "precisos" con sus palabras "porque hay elecciones en Alemania".
A pesar de las cautelas políticas, el tiempo apremia, como subrayó Costa. "Todos coincidimos en que hay que gastar más, pero también hacerlo de manera más eficiente y rápida", enfatizó el portugués. La urgencia se debe, entre otros factores, a que 23 de los 27 países de la UE también forman parte de la OTAN. En este sentido, 17 de esos Estados han alcanzado el objetivo de destinar un 2% del PIB a defensa, mientras que seis aún no lo han logrado, entre ellos España (que con un 1,28% está a la cola) e Italia.
Sin embargo, más allá del debate sobre el aumento del gasto, la prioridad actual es reforzar áreas estratégicas como la defensa aérea, los misiles, las municiones y el transporte militar. Además, la OTAN está discutiendo la posibilidad de elevar el umbral de inversión por encima del 3% del PIB, lo que implicaría un esfuerzo financiero aún mayor para los países miembros.
Alcanzar estas cifras supone un reto económico considerable en una Unión Europea que debe equilibrar múltiples prioridades. Por un lado, los Estados buscan reducir la abultada deuda pública generada por las crisis de los últimos 15 años (la financiera, la pandemia y la crisis energética); por otro, deben encontrar recursos para financiar inversiones millonarias en la transición ecológica, la digitalización y la defensa, esta última cada vez más urgente tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
En este contexto, las nuevas reglas fiscales de la UE han sido diseñadas con mayor flexibilidad en comparación con las anteriores, y ahora se pondrá a prueba hasta qué punto pueden adaptarse a estas circunstancias excepcionales. La referencia de Von der Leyen a los "tiempos extraordinarios" sugiere que podrían implementarse medidas similares a las adoptadas durante la crisis de la covid-19.
Desde la Comisión Europea, sin embargo, han evitado dar detalles este martes sobre qué implican exactamente estas declaraciones de la presidenta. No obstante, tampoco han descartado la posibilidad de activar la llamada cláusula de escape, aunque sea de manera parcial. "Esta cláusula forma parte del marco normativo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y si se cumplen ciertas condiciones específicas, como ocurrió con la pandemia, existe la posibilidad teórica de aplicarla", señalaron los portavoces comunitarios.