(Expansión, 27-11-2024) | Fiscal
Es una medida que impactará a las rentas más altas, aquellas superiores a los 20 millones de euros. Surgió como respuesta a la implementación a nivel nacional del Impuesto a las Grandes Fortunas. Inicialmente, su aplicación estaba prevista solo para 2022 y 2023.
El gravamen sobre las grandes fortunas actúa como un complemento al Impuesto sobre el Patrimonio, de ámbito estatal, aunque su recaudación se transfiere a las comunidades autónomas. Algunas regiones, como Madrid, Andalucía y Galicia, lo tenían bonificado al 100% y llevaron su creación ante el Tribunal Constitucional.
Por otro lado, territorios como Cataluña se vieron obligados a modificar su normativa de Patrimonio para alinearla con los tramos del nuevo impuesto. En 2022, se introdujo un recargo adicional del 3,48% para garantizar que la recaudación no se destinara al Estado.
Tras el rechazo del Tribunal Constitucional a las impugnaciones y la aprobación de un decreto ley que prolonga indefinidamente el gravamen a las grandes fortunas, el Govern realizó este martes ajustes técnicos. Ahora, el tramo más alto del Impuesto sobre el Patrimonio queda vinculado a la continuidad de este gravamen de alcance nacional.
En Cataluña, las personas con un patrimonio neto superior al medio millón de euros deben asumir este recargo, que se aplica a los residentes fiscales de la comunidad.