(Expansión, 30-01-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La Fed no cede ante Donald Trump y mantiene los tipos en el 4,5%
La Reserva Federal ha decidido mantener los tipos de interés dentro del rango del 4,25% al 4,5% en su primera reunión tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, ignorando así la solicitud del mandatario, quien abogaba por un nuevo recorte en el costo del dinero. Lejos de ceder ante la presión, el banco central estadounidense ha seguido su propio plan y, como se preveía, ha optado por esperar a evaluar el impacto de las múltiples órdenes ejecutivas firmadas por Trump en sus primeros días en el cargo, así como las amenazas de nuevos aranceles que podrían aumentar la presión inflacionaria, un desafío clave para la Fed. Esta decisión marca la primera pausa en la política monetaria desde que en septiembre del año pasado comenzó la reducción de los tipos con un movimiento inesperado que sorprendió a los mercados: un recorte inicial de medio punto porcentual, el doble de lo estimado por los analistas. Posteriormente, se aplicaron dos reducciones adicionales de un cuarto de punto antes de cerrar el año. En su comparecencia ante los medios, el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que la política monetaria es ahora menos restrictiva que hace unos meses y que la economía estadounidense sigue mostrando fortaleza. "No hay necesidad de apresurarnos en modificar nuestra postura", explicó, subrayando que cualquier ajuste requeriría "un progreso real en la inflación o signos de debilidad en el mercado laboral". Al ser consultado sobre Donald Trump, Powell aclaró que no ha mantenido "ningún contacto" con el presidente. "No voy a responder ni comentar sus declaraciones. No es apropiado que lo haga", dijo, enfatizando que la Fed continuará cumpliendo su labor de forma independiente y utilizando sus herramientas para alcanzar sus objetivos económicos. Antes de la rueda de prensa, los expertos anticipaban que este año podrían darse hasta dos recortes adicionales en los tipos de interés, cada uno de un cuarto de punto, lo que situaría las tasas en torno al 4%. No obstante, algunos analistas advierten que es cada vez más probable que solo haya un ajuste en 2025, con dudas sobre si se produciría en marzo o más adelante, en pleno verano. "La posibilidad de un recorte en marzo sigue abierta, pero mantenemos nuestra previsión de que sería el último antes de 2026", comentó Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM. "Creemos que será difícil que la Fed tome más medidas hasta que se materialicen los efectos adversos de las políticas económicas de Trump", añadió. Los analistas insisten en la incertidumbre que rodea a la nueva administración y el temor a una guerra arancelaria, cuyo impacto aún es difícil de calcular debido a la falta de detalles y a la aparente improvisación en las decisiones del presidente. "Aunque los primeros indicios sugieren que las restricciones comerciales podrían no ser una prioridad inmediata, la incertidumbre en torno a la política comercial de Trump sigue siendo elevada", advierten desde Ebury. Por ahora, se han planteado aranceles de hasta el 25% para los principales socios comerciales de Estados Unidos, incluyendo Canadá y México, con la posibilidad de extender estas medidas a otros países de América Latina. También se barajan impuestos al comercio con la Unión Europea si los estados miembros no aumentan sus compras de gas y petróleo estadounidenses. A pesar de la incertidumbre, la economía de Estados Unidos continúa creciendo por encima de las previsiones. Sin embargo, algunos expertos estiman que podría desacelerarse en los próximos meses, lo que daría margen a la Fed para flexibilizar su política. "Esperamos que el PIB estadounidense se modere en los próximos trimestres. El gasto en defensa ha sido intenso y, aunque se mantendrá mientras el país repone sus reservas, es improbable que continúe al mismo ritmo", explicó Jack Janasiewicz, estratega de carteras en Natixis IM Solutions. El experto también anticipa una posible reducción en el consumo, impulsada por un enfriamiento del mercado laboral y un menor crecimiento de los salarios reales. Asimismo, señala que el gasto público de los gobiernos estatales y locales, que ha contribuido significativamente al crecimiento, podría verse afectado por crecientes déficits presupuestarios, lo que obligaría a recortes o aumentos de impuestos en el futuro cercano. "Si combinamos todos estos factores, es probable que el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense se desacelere en los próximos meses", concluyó. Aun así, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que Estados Unidos siga liderando el crecimiento entre los países desarrollados y descarta una recesión a corto plazo. Según sus estimaciones, el PIB estadounidense avanzará un 2,7% en 2025, mientras que la economía europea sufrirá un debilitamiento, afectada principalmente por la ralentización de Alemania.
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