(Expansión, 03-12-2024) | Laboral

El Banco de España, liderado por el exministro José Luis Escrivá desde septiembre pasado, ha evaluado las consecuencias principales de las revisiones estadísticas realizadas por el INE sobre la evolución de la economía española tras la pandemia. Estas actualizaciones, que se han intensificado desde la llegada de Elena Manzanero a la presidencia del instituto en agosto de 2022, han sido frecuentes y, en ocasiones, significativas.

El análisis refleja una imagen cada vez más favorable del PIB español. Según el Banco de España, las revisiones estadísticas publicadas en septiembre aumentaron en un punto porcentual el crecimiento acumulado de España entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2024. Como resultado, para el segundo trimestre de este año, el PIB español estaba un 5,7% por encima de su nivel previo a la pandemia, superando el crecimiento promedio de la Unión Económica y Monetaria (UEM), que fue del 4,2%, según destaca el informe presentado ayer por la entidad.

Además, el Banco de España señala que estas revisiones están alineadas con las realizadas en otros países como Francia e Italia, donde el crecimiento acumulado del PIB desde 2019 también se revisó al alza (1,3 y 0,8 puntos, respectivamente). En contraste, Alemania registró una corrección a la baja de 0,1 puntos.

Los datos revisados posicionan a España como una de las economías líderes en recuperación y crecimiento dentro del bloque europeo, superando a países como Italia (5,5%), Francia (3,7%) y Alemania (0,2%). Sin embargo, aún queda lejos de los avances de Grecia y Portugal, cuyos PIB se sitúan un 8,5% y un 6,8% por encima de los niveles prepandemia, respectivamente.

No obstante, el panorama económico español presenta sombras. Por un lado, España ha perdido competitividad frente al promedio de la eurozona, debido al aumento de los costes laborales unitarios, que se han incrementado un 21,5%, 1,7 puntos más de lo inicialmente estimado, mientras que en la zona euro el alza ha sido del 18,3%. Esta situación ocurre justo cuando el Gobierno planea medidas como la reducción de la jornada laboral y un nuevo aumento del salario mínimo.

Por otro lado, gran parte del crecimiento entre 2019 y 2024 se ha sustentado en un mayor dinamismo del consumo público y la inversión, lo que ha compensado el impacto negativo de la demanda externa. Sin embargo, el Banco de España advierte que el consumo privado y la inversión, claves para el crecimiento futuro, muestran una recuperación más lenta. En concreto, el consumo público creció un 16,8% en el periodo analizado, mientras que el gasto privado apenas subió un 1,4% y la inversión en capital fijo aumentó un modesto 0,4%.

A pesar del notable crecimiento del PIB, que ha llevado a organismos nacionales e internacionales a mejorar sus previsiones para España, el PIB per cápita español sigue avanzando a un ritmo menor que el promedio de la eurozona. Entre finales de 2019 y el segundo trimestre de 2024, aumentó un 2,5%, por debajo del 2,7% de la media de la eurozona, y muy lejos de los incrementos de países como Grecia (10,9%), Italia (6,8%) y Portugal (3,9%).

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