(El Periódico, 05-02-2025) | Mercantil, civil y administrativo
Uno de los desafíos pendientes de la economía española y catalana es el estancamiento de la renta per cápita en los últimos años, causado en gran medida por la baja productividad. Para abordar esta problemática, el Cercle d'Economia ha presentado la Iniciativa per la Productivitat i la Innovació (IPI), un proyecto liderado por su presidente, Jaume Guardiola, y su director general, Miquel Nadal, con el apoyo del profesor Xavier Vives de IESE. Esta iniciativa reúne al sector público, privado y académico con el objetivo de encontrar soluciones a lo largo de un período de tres años, mediante un consejo asesor con un enfoque transversal.
El problema de la productividad ya había sido planteado por el Cercle en su última Reunió Anual en Barcelona, donde se presentó un estudio que evidenciaba que España, junto con Catalunya y Madrid (las dos comunidades que representan casi el 40% del PIB nacional), arrastra un bajo nivel de productividad. Ante esta situación, el Cercle ha insistido en la necesidad de mayor estabilidad política para impulsar un cambio en el modelo económico.
El propósito de la IPI, que cuenta con la participación de la Fundació per a la Indústria y el Banco Santander, es posicionar a Catalunya como una de las regiones europeas líderes en innovación para 2030. Guardiola destacó que la innovación es un factor clave para mejorar la productividad y que, aunque en los últimos años la caída de esta tendencia se ha moderado, sigue siendo un desafío importante.
Esta iniciativa busca transformar al Cercle en un 'think-tank', aportando soluciones a problemas económicos y sociales, como el estancamiento de la renta per cápita, e influyendo en las políticas públicas. Según Nadal, la IPI funcionará como un "paraguas" para facilitar el intercambio de conocimiento entre agentes públicos y privados, actuando como un 'action-tank'.
El consejo asesor de la IPI, presidido por Xavier Vives, estará compuesto por 15 miembros con perfiles diversos, que incluirán empresarios, científicos, académicos, representantes de startups y del sector financiero. Su constitución está prevista para abril o mayo y su trabajo se enfocará en áreas clave como la transferencia tecnológica, la innovación disruptiva y las tecnologías transversales. Nadal confía en que esta iniciativa tenga éxito gracias a su capacidad de generar consensos y dialogar con las administraciones desde una perspectiva transversal.
Vives subrayó que la productividad es crucial porque está directamente vinculada con la renta per cápita y, en consecuencia, con el bienestar social. Nadal, por su parte, resaltó que Catalunya aún tiene margen de mejora y que, si bien los indicadores de la IPI se centrarán en esta comunidad, el análisis también tendrá una perspectiva nacional y europea.
Actualmente, no hay convergencia con Europa en términos de productividad. Desde 2015, la productividad por hora trabajada en Catalunya ha perdido terreno con respecto a la media española y, a su vez, Europa se encuentra rezagada frente a Estados Unidos, donde el PIB per cápita crece a un ritmo superior. Los estudios indican que Europa está atascada en tecnologías de nivel medio, como el liderazgo en la industria del automóvil de combustión, pero sin una posición destacada en el desarrollo del vehículo eléctrico.
Otros factores que limitan la productividad son la fragmentación del mercado único, la insuficiente inversión en investigación y desarrollo (I+D) y en la transferencia tecnológica, el menor tamaño de las empresas y la falta de talento tecnológico, lo que evidencia la necesidad de más ingenieros y profesionales cualificados en formación profesional (FP).
En el caso de España y Catalunya, además, la dependencia de sectores de bajo valor añadido, como el turismo, y la mala asignación de recursos, como ocurrió con el auge de la construcción, han contribuido a la caída de la productividad total de los factores desde el año 2000. A esto se suma la baja inversión en la formación del capital humano.
No obstante, la economía catalana cuenta con fortalezas, como su diversificación y su red de startups, aunque sigue teniendo una alta concentración en actividades de menor valor añadido. Aún se encuentra lejos de las regiones europeas más innovadoras, como Flandes, Île-de-France, Stuttgart o incluso el País Vasco.
Entre los retos pendientes destaca la necesidad de sumarse a la transformación digital, un ámbito dominado por Estados Unidos y China, que han logrado una ventaja significativa con tecnologías como DeepSeek. Sin embargo, Vives señala que el problema no es solo una cuestión de escala, citando el ejemplo de Dinamarca, un país pequeño que ha conseguido liderar en múltiples sectores. También es fundamental avanzar en la transición hacia el vehículo eléctrico y sus infraestructuras complementarias, así como aprovechar el potencial en el sector de las ciencias de la vida y el turismo.