(El País, 07-02-2025) | Laboral
En 2023, los trabajadores percibieron un salario medio anual de 29.615 euros, casi 5.000 euros más que las trabajadoras, cuyo ingreso promedio fue de 24.758 euros. Esto supone una diferencia del 19,6%, superior al 19% registrado el año anterior. Así lo ha denunciado este jueves el sindicato CC OO en una rueda de prensa donde presentó un informe sobre la brecha salarial. "Estimamos que serán necesarias más de dos décadas para eliminar la desigualdad salarial, hasta 2042. El estancamiento observado en los últimos años evidencia la necesidad de políticas adicionales", afirmó Carolina Vidal, secretaria confederal de mujeres, igualdad y condiciones de trabajo de CC OO. Por su parte, el secretario general del sindicato, Unai Sordo, destacó la importancia de desarrollar una estrategia integral de cuidados en España, ya que las mujeres asumen más jornadas parciales y más interrupciones en su trayectoria profesional debido a las responsabilidades de cuidado.
El estudio de CC OO refleja una notable reducción de la brecha salarial en la última década. En 2014 alcanzó su punto máximo, con un 31,4%, según datos de la Encuesta de Población Activa analizados por el gabinete económico del sindicato. Posteriormente, descendió al 25% en 2016, subió levemente al 26,5% en 2018 y comenzó una fuerte caída coincidiendo con la subida progresiva del salario mínimo, que se ha incrementado un 54% desde entonces. Además, la reforma laboral de 2021 redujo significativamente la temporalidad en el sector privado. En 2022, la brecha alcanzó su nivel más bajo, con un 19%, pero en 2023 volvió a subir hasta el 19,6%.
Aunque la ley prohíbe la discriminación salarial por razón de género en un mismo puesto de trabajo, las mujeres enfrentan mayores dificultades para ascender y acceder a empleos mejor remunerados. Además, suelen recibir menos complementos salariales y están más expuestas a condiciones laborales precarias.
Vidal destacó que los avances en igualdad han sido posibles gracias a reformas y políticas impulsadas mediante el diálogo social, pero advirtió que la tendencia a la baja de la brecha salarial se ha frenado. En la misma línea, Sordo alertó de que los efectos combinados del aumento del salario mínimo y la reforma laboral comienzan a agotarse. "No podemos aceptar que se necesiten dos décadas para cerrar esta brecha", enfatizó. La mayor presencia de mujeres en sectores con bajos salarios y alta temporalidad explica por qué estas medidas han tenido un impacto positivo en ellas.
Para acelerar la reducción de la brecha salarial, Sordo propuso varias iniciativas. En primer lugar, instó a combatir los sesgos de género en la orientación educativa desde edades tempranas, ya que sectores con altos salarios, como el tecnológico, están dominados por hombres, mientras que el ámbito de los cuidados, peor remunerado, está ocupado mayoritariamente por mujeres. "Es fundamental romper los roles tradicionales en la distribución sectorial del empleo", afirmó.
Asimismo, abogó por una reforma del trabajo a tiempo parcial, señalando que muchas de las horas complementarias que realizan los empleados a tiempo parcial son estructurales y deberían consolidarse como parte de su jornada ordinaria. También propuso fomentar la conversión de contratos parciales en contratos a tiempo completo.
Las mujeres no solo tienen mayores tasas de desempleo, temporalidad y salarios más bajos, sino que también enfrentan una mayor parcialidad no deseada. Según el INE, de los tres millones de trabajadores con jornada parcial, 2,2 millones son mujeres. Además, el 70% de quienes desean trabajar más horas pero no pueden hacerlo son mujeres. La carga de los cuidados influye negativamente en sus posibilidades de ascenso y en la percepción de complementos salariales ligados a la presencialidad.
Sordo también pidió reforzar la supervisión de las horas extra impagadas, algo que podría mejorar con la implantación del registro horario digital interoperable que plantea el Ministerio de Trabajo. Además, instó a objetivar los criterios de promoción dentro de las empresas para evitar que dependan de dinámicas informales, como reuniones fuera del horario laboral a las que muchas mujeres no pueden asistir por sus responsabilidades de cuidado.
Para que la elaboración de planes de igualdad en empresas con más de 50 trabajadores sea efectiva, el dirigente sindical reclamó más recursos públicos. "Si las administraciones exigen a los agentes sociales asumir estas funciones, no basta con plasmarlo en un documento", advirtió.
Sin embargo, el punto que más resaltó fue la falta de implicación del Estado en el sistema de cuidados, cuya responsabilidad recae en su mayoría sobre las mujeres. "La feminización de los cuidados dentro de las familias está directamente relacionada con la falta de ambición del sector público para asumir esta responsabilidad", concluyó.