(El País, 07-03-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La economía española atraviesa un momento favorable, con un crecimiento sólido y superior al de otros países de su entorno, impulsado por un mercado laboral que se mantiene estable y en expansión, sin verse afectado por las turbulencias internacionales. Hay razones para el optimismo. Sin embargo, aunque las previsiones oficiales y de numerosos analistas no anticipan un retroceso inmediato, algunos expertos advierten sobre ciertos factores que, aunque hoy no sean visibles, podrían surgir más adelante y afectar el balance económico al cierre del año.
Según el último Informe Económico y Financiero de Esade, que estima un aumento del PIB del 2,5% para 2025, tres aspectos podrían comprometer la evolución positiva de la economía española: la fragmentación política, el bajo crecimiento de la productividad y las dificultades en el acceso a la vivienda.
"El panorama actual es positivo, aunque persisten desequilibrios estructurales", ha señalado Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow de EsadeEcPol, durante la presentación del informe este jueves. Junto a Toni Roldán, director de EsadeEcPol, y Josep M. Comajuncosa, profesor de Esade, proyectan un crecimiento del PIB español impulsado por la demanda interna, los fondos europeos Next Generation, la moderación de la inflación y la generación de empleo. No obstante, la previsión de crecimiento se reduce al 1,9% en 2026 y al 1,7% en 2027, en línea con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional. Estas cifras, como ocurrió con las de 2024, superan a las de otras economías avanzadas.
En su 36ª edición, el informe de Esade, elaborado con el apoyo de Banco Sabadell, analiza tanto la situación internacional, europea y española, como el impacto de la crisis de acceso a la vivienda, a la que considera un problema tanto actual como a medio y largo plazo. También aborda las posibles repercusiones de las políticas económicas impulsadas por el presidente estadounidense Donald Trump, especialmente la escalada arancelaria que parece estar en marcha, lo que genera gran incertidumbre tanto en la Unión Europea como en la economía global.
Roldán ha descrito la situación como "la mayor crisis en las relaciones transatlánticas en los últimos 80 años", advirtiendo que, a largo plazo, todos los actores saldrán perjudicados en esta guerra comercial. Sin embargo, Comajuncosa ha destacado que la respuesta de países como Alemania, que ha anunciado la creación de un fondo especial de 500.000 millones de euros para infraestructuras en la próxima década, podría beneficiar a la economía europea. "Estas medidas pueden ayudar a Alemania a contrarrestar los efectos negativos de los aranceles", ha explicado.
En cuanto a la evolución de la economía española, que en 2024 creció un 3,2% gracias al impulso del turismo y la inmigración, su menor exposición a la nueva política económica de EE.UU. no la exime de incertidumbre. El informe destaca que la demanda interna ha sido el principal motor del crecimiento, mientras que la inversión ha mostrado fluctuaciones, aunque con una leve recuperación al cierre del año. El dinamismo del mercado laboral también ha jugado un papel clave: el estudio prevé que el número de trabajadores podría alcanzar los 22 millones. Aun así, advierte que el ritmo de creación de empleo se ralentizará en lo que resta del año, impidiendo que la tasa de desempleo caiga por debajo del 10% hasta 2027 (actualmente se sitúa en el 10,6%).
Uno de los principales desafíos señalados en el informe es la baja productividad, estrechamente vinculada al mercado laboral. "A pesar de la leve mejora tras la pandemia y de un crecimiento más sostenido en los últimos trimestres, la productividad sigue siendo baja y no está a la altura de una economía que aspira a converger con Europa", ha advertido Hidalgo.
Para abordar esta cuestión, el economista ha señalado la necesidad de eliminar las barreras que impiden a las pequeñas y medianas empresas crecer y volverse más competitivas. En su opinión, los problemas de financiación son una de las principales trabas para su expansión. "Es crucial desarrollar un mercado de capitales español y europeo que facilite el acceso a financiación para que estas empresas puedan escalar e innovar", ha subrayado. Otro factor de preocupación es el envejecimiento de la población, que podría afectar el bienestar de la sociedad española y condicionar el nivel de endeudamiento del país en el futuro.
En relación con la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, el informe advierte que esta medida podría provocar un aumento de los precios en sectores donde la productividad no crezca al mismo ritmo. Aunque a corto plazo no necesariamente afectaría negativamente a la productividad, Hidalgo ha señalado que en algunas industrias la menor jornada laboral podría traducirse en un incremento de los costes laborales y, en consecuencia, en una mayor inflación. "Reducir la jornada no tiene por qué ser perjudicial en el corto plazo, aunque habrá que ver cómo se reorganizan las actividades", ha concluido.