(Cinco Días, 10-03-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El titular estuvo a punto de hacerse realidad: "El dólar alcanza la paridad con el euro". No faltó mucho. La victoria de Donald Trump en las elecciones impulsó la moneda estadounidense y, el 13 de enero, el euro llegó a cotizarse a 1,0198 dólares, muy cerca de la paridad. Sin embargo, dos meses pueden marcar una gran diferencia en el universo Trump. Desde ese mínimo, la divisa europea ha recuperado un 6%, situándose en 1,08 dólares, un nivel que no se veía desde antes de los comicios de noviembre. Así, las expectativas de una inminente igualdad entre ambas monedas han quedado descartadas.

¿Qué ha sucedido en estas ocho semanas? Dos factores han sido clave en este cambio de tendencia. Por un lado, diversos indicadores económicos en Estados Unidos -como los datos de consumo, la confianza de los consumidores, las expectativas de inflación y el déficit comercial- sugieren una desaceleración de la economía. La Reserva Federal de Atlanta incluso anticipa una contracción del PIB para este trimestre.

Un menor crecimiento económico ejerce presión sobre la Reserva Federal para reducir nuevamente los tipos de interés, debilitando así al dólar, como señala un informe de Bank of America. "Los mercados ya descuentan más recortes en las tasas de la Fed, lo que indica que el banco central priorizará la desaceleración económica sobre los riesgos inflacionarios".

Al mismo tiempo, mientras las noticias negativas afectan al dólar, el euro se ha visto favorecido por factores positivos, generando una combinación perfecta para su recuperación. Alemania ha anunciado una reforma que elimina restricciones al endeudamiento, permitiéndole aumentar el gasto en infraestructuras y defensa. Esto, junto con el ambicioso plan de inversión militar de la Comisión Europea en respuesta a la amenaza rusa, representa un impulso para la economía del continente y, por ende, para su moneda.

"Existe un riesgo a la baja en el crecimiento estadounidense y una tendencia al alza en Europa. Eso es lo que está fortaleciendo al euro. No es tanto que Trump prefiera un dólar débil, sino que sus políticas inestables están socavando el crecimiento de EE.UU.", explica Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Partners. Un análisis similar ofrece David Meier, economista de Julius Baer: "Las políticas erráticas, la incertidumbre comercial y la amenaza de estanflación están erosionando el atractivo del dólar como refugio seguro".

Otros elementos han contribuido a la fortaleza del euro, como el reciente cambio de discurso del Banco Central Europeo. La institución dejó abierta la posibilidad de hacer una pausa en la reducción de los tipos de interés tras haber realizado seis recortes en siete reuniones. Además, existen posibles catalizadores adicionales: una resolución favorable del conflicto en Ucrania, como la firma de un acuerdo de paz, beneficiaría al euro, dado que Europa ha sido la región más afectada por la guerra debido a su proximidad y dependencia energética.

Los expertos de Bank of America creen que el fortalecimiento del euro llegó para quedarse. Más aún, sus previsiones indican que lo ocurrido hasta ahora es solo el principio: estiman que el euro alcanzará los 1,15 dólares a finales de 2025 y los 1,20 dólares en 2026, lo que representaría un cambio significativo en el mercado de divisas. "Lo que ha sucedido en Europa esta semana es, en nuestra opinión, un punto de inflexión mucho más contundente y temprano de lo que anticipábamos", señalan.

El consenso sobre el impacto positivo del plan alemán en el euro es casi unánime. "La promesa de Alemania de 'hacer lo que sea necesario' ha sido un impulso clave para la moneda", señala un informe de UBS, citando la famosa frase de Mario Draghi durante la crisis de la deuda en la eurozona. No obstante, el banco suizo mantiene cierta cautela: "El efecto final dependerá del alcance real de los fondos, el calendario de implementación y si el grueso del dinero se destina a empresas de defensa europeas o se fuga al extranjero".

Pese al entusiasmo en los mercados, todavía existen factores que podrían revitalizar al dólar. Karsten Junius, economista jefe del banco J. Safra Sarasin, apunta a la solidez del mercado laboral estadounidense y al aumento de los salarios reales, lo que dificultaría una rápida reducción de la inflación. "Creemos que la Fed mantendrá una senda de recortes de tipos bastante gradual, lo que probablemente apoyará un dólar fuerte durante la mayor parte del año", afirma.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, también se ha mostrado prudente al respecto. "No hay necesidad de apresurarnos, estamos bien posicionados para esperar mayor claridad", declaró en un evento en Nueva York.

Por otro lado, Bank of America señala un posible obstáculo para el avance del euro: la implementación de aranceles agresivos por parte de EE.UU. contra la Unión Europea. Sin embargo, en caso de producirse, la entidad considera que el impacto en el dólar sería efímero, ya que las consecuencias negativas de una guerra comercial terminarían afectando al crecimiento estadounidense y, en última instancia, debilitando su moneda.

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