(El Economista, 28-03-2025) | Laboral

A pesar de los llamamientos globales para regresar a la oficina, el teletrabajo ha alcanzado un récord en 2024, con 3,3 millones de personas desempeñando sus funciones desde su domicilio, lo que representa un 15,37% del total de ocupados. Esta cifra supera los 3,03 millones registrados en 2021, cuando la tasa fue del 15,27%. Sin embargo, estos datos requieren un análisis más detallado. Solo el 50,8% de quienes trabajan en remoto lo hacen la mayor parte de la semana, y además, la estadística incluye a los autónomos, cuya realidad es distinta a la de los empleados por cuenta ajena. En la práctica, los asalariados que teletrabajan de manera regular suman solo 1,18 millones, lo que equivale al 6,24% del total.

Desde que la pandemia y los confinamientos hicieron del teletrabajo una necesidad para muchas empresas, esta modalidad laboral ha sido objeto de debate en el ámbito de las relaciones laborales, la negociación colectiva y la regulación política. Lo que en un principio parecía una transformación definitiva, terminó siendo visto como un modelo costoso y poco viable, incluso por grandes tecnológicas. En este contexto, las cifras han sido interpretadas de diversas maneras.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este miércoles los datos de la Encuesta de Población Activa sobre el teletrabajo, que reflejan su evolución histórica desde 2006. Aunque no incluyen a quienes trabajan en espacios de coworking o durante viajes, estos datos siguen siendo la referencia oficial más actualizada. Según esta estadística, la tasa de teletrabajo ha alcanzado su nivel más alto, con un promedio anual del 15,37%. De este porcentaje, los asalariados representan un 10,76%, marcando también un récord, mientras que los autónomos suponen el 4,61%, cifra inferior al 5,08% de 2021. En términos absolutos, hay 2,33 millones de trabajadores autónomos que trabajan desde casa y 998.100 asalariados en la misma situación. Desde 2021, los primeros han crecido un 15,24%, mientras que los segundos han descendido un 0,88%.

El crecimiento del teletrabajo se ha concentrado en los empleados por cuenta ajena, desafiando aparentemente la presión de las empresas para el regreso a la oficina. Sin embargo, la realidad es más compleja, ya que la forma en que se teletrabaja ha cambiado. Antes de la pandemia, el 58% de los teletrabajadores lo hacían la mayor parte de la semana, porcentaje que subió al 72% en plena crisis sanitaria. Sin embargo, en 2023 y 2024, esta proporción ha caído por debajo del 51%.

Este descenso está vinculado al auge de la jornada híbrida, donde se permite trabajar desde casa uno o dos días a la semana como medida de flexibilidad laboral. En muchos casos, sin embargo, se trata de una estrategia económica. Entre los autónomos, esta modalidad ha pasado del 44% antes de la pandemia al 46% en 2024 (aunque en 2023 llegó al 53%). Entre los asalariados, el incremento ha sido aún mayor, pasando del 37,7% al 50,6%.

El mantenimiento del teletrabajo en niveles superiores a los de 2019 se debe en parte a los avances tecnológicos y a la constatación de sus beneficios en algunos sectores. Sin embargo, sigue siendo una opción minoritaria, con menos del 15% de las empresas aplicándola regularmente en 2023, según la Encuesta Anual Laboral. Además, su implementación ocasional sugiere que muchas compañías lo ofrecen más como un incentivo para los empleados que como un modelo de organización óptimo.

Desde el punto de vista económico, el teletrabajo supone un ahorro para los empleados en transporte y otros gastos, pero también implica costos que antes asumía la empresa, como equipos, electricidad o climatización. Para abordar esta cuestión, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, promovió una legislación que obliga a las empresas a asumir estos gastos si el teletrabajo supera el 30% de la jornada laboral.

Como consecuencia, en 2024, por primera vez en la serie histórica, los teletrabajadores híbridos superaron a los que trabajan desde casa de manera regular. Así, 1,18 millones de personas (un 6,38% del total) tienen una jornada híbrida, frente a los 1,15 millones (6,24%) que teletrabajan más de dos días a la semana. Esta última cifra es considerablemente inferior al 9,36% de 2020 y al 7,7% de 2021. También es la primera vez que los teletrabajadores ocasionales superan a los habituales, lo que refleja un cambio en la forma en que las empresas y los empleados están adoptando esta modalidad laboral.

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