(Expansión, 09-10-2024) | Fiscal

España se ha consolidado como uno de los destinos más populares para profesionales que buscan el régimen de impatriados, conocido también como el régimen Beckham. La demanda de este sistema ha crecido notablemente, especialmente entre trabajadores cualificados en empleos altamente digitalizados, quienes adoptan cada vez más la tendencia de trabajar desde cualquier lugar. Desde 2020, varios países de la OCDE han lanzado programas de visas para nómadas digitales.

Aunque las condiciones de estos programas pueden variar en cuanto a nombre, requisitos y derechos, todos tienen un objetivo común: atraer a trabajadores remotos con ingresos extranjeros, ya sean empleados o autónomos. Sin embargo, a pesar de que el beneficio que estos nómadas digitales aportan al país receptor aún no cuenta con un sólido respaldo legal, cada vez más gobiernos buscan captar este talento. El desafío radica en equilibrar los beneficios que traen con las implicaciones fiscales y los esfuerzos necesarios para controlar estos programas.

España se ha convertido en un destino preferido por los nómadas digitales, no solo por sus ventajas fiscales, sino también por su alta calidad de vida. Marc Cantavella, cofundador de Relocate & Save y especialista en regímenes fiscales preferenciales y en la fiscalidad de Andorra, comenta que sus clientes preguntan cada vez más por España.

"Hemos notado un incremento considerable tras la eliminación del régimen NHR en Portugal, lo que ha aumentado el interés en el régimen Beckham", afirma Cantavella. A pesar de la complejidad del proceso, sigue siendo muy atractivo para empleados extranjeros con altos salarios, especialmente al compararlo con la gran diferencia de sueldos entre España y Estados Unidos, añade. Cantavella advierte que un error común entre los nómadas digitales es considerarse "nómadas fiscales" y asumir que por viajar frecuentemente no están obligados a pagar impuestos, un concepto erróneo que circula en redes sociales.

La realidad es diferente. Errores como no darse de baja en la autoridad fiscal de su país de origen, no obtener un certificado de residencia fiscal o mantener una vivienda disponible, pueden llevar a que el nómada digital acabe pagando impuestos en países con altas cargas tributarias, incluso si factura a través de una sociedad limitada o utiliza alternativas como la residencia electrónica en Estonia.

Cantavella recomienda que aquellos que deseen evitar pagar impuestos elevados deben considerar varias opciones. Entre ellas, obtener una visa de nómada digital o cualquier tipo de visa que les permita ser residentes fiscales en un país, conseguir un certificado de residencia fiscal emitido por las autoridades de dicho país, o establecer una residencia en un país fiscalmente atractivo para poder tener un lugar donde residir durante los meses en que no están viajando.

Los expertos de Relocate & Save han identificado varios países que combinan una baja presión fiscal con una residencia fiscal válida a ojos de las autoridades extranjeras. Entre ellos, destacan Chipre, con un impuesto corporativo del 12,5% y un certificado de residencia fiscal con solo 60 días de estancia; Dubái, con un 0% en el impuesto sobre la renta y hasta un 9% en el impuesto corporativo, y un certificado de residencia con 90 o 120 días de estadía. España también se menciona con un impuesto de alrededor del 24% sobre ingresos y un 0% sobre dividendos extranjeros gracias a la ley Beckham. Asimismo, destacan Estonia, con aproximadamente un 20% sobre las ganancias según el tipo de negocio, y Andorra, con una tasa del 10% para nómadas digitales y una estancia mínima de 90 días para obtener el certificado de residencia.

Además, mencionan a Malta, que ofrece regímenes fiscales al 15% y un certificado de residencia con una estancia prolongada en el país. Otros destinos atractivos incluyen Tailandia, Indonesia y México, que ya cuentan con reconocimiento internacional, según los expertos.

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