(El País, 08-04-2025) | Laboral
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) considera que el Gobierno muestra un exceso de optimismo en su valoración sobre la estabilidad del sistema de pensiones. Así lo expresa su director ejecutivo, Ángel de la Fuente, en un estudio publicado este lunes titulado Sobre la aplicación de la cláusula de salvaguarda del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI); algunas dudas metodológicas. Este informe sale a la luz justo una semana después del primer análisis realizado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) tras la reciente reforma del sistema.
En su evaluación, la Airef concluye que no es necesario activar ajustes automáticos, aunque advierte que la sostenibilidad del sistema se ha deteriorado: el gasto en pensiones aumentará 3,4 puntos del PIB hasta 2050, una cifra superior en cuatro décimas a la estimación de hace tres años. De la Fuente comparte las preocupaciones de la Airef sobre la salud financiera del sistema y manifiesta críticas sobre cómo se ha aplicado la cláusula de cierre del MEI, el mecanismo de corrección automática que exigió la Comisión Europea como condición para avalar la reforma, cuya activación depende del análisis de la Airef.
Según explica De la Fuente, este mecanismo se activa si el gasto medio en pensiones públicas supera el 15% del PIB, una vez descontado el impacto positivo de las nuevas medidas de ingresos, que deberían aportar al menos un 1,7% del PIB, tomando como base promedios del periodo 2022-2050. Aunque el informe de la Airef evita activar el MEI, Fedea discrepa sobre la metodología utilizada en las proyecciones. Critica que se hayan incluido ingresos provenientes de transferencias estatales no destinados a prestaciones no contributivas, que se haya ajustado al alza el crecimiento del PIB desde 2024 según previsiones que considera excesivamente optimistas, y que se haya partido de una base poco realista sobre la sostenibilidad del sistema, generando, según sus palabras, una "ilusión monetaria" al no considerar adecuadamente los ingresos efectivos.
Desde la Seguridad Social se argumenta que otros países también financian sus pensiones mediante transferencias estatales, no únicamente con cotizaciones sociales. La ministra Elma Saiz afirmó, tras conocerse el informe de la Airef, que no son necesarias nuevas medidas, que la sostenibilidad está asegurada y que los datos disponibles permiten mantener una visión positiva sobre el futuro del sistema: "Vamos en la dirección correcta y hay señales claras que lo demuestran", declaró.
Sin embargo, De la Fuente discrepa: aunque técnicamente el sistema ha superado este primer test, lo ha hecho con un margen mínimo, lo que no significa que esté garantizada su viabilidad a largo plazo, ya que sigue mostrando signos evidentes de tensión financiera.
Fedea, cuya junta directiva incluye a destacadas empresas del Ibex 35, muestra especial preocupación por el hecho de que se hayan contabilizado como ingresos adicionales ciertas transferencias estatales que no están destinadas a prestaciones no contributivas. De la Fuente advierte que este enfoque puede distorsionar la percepción de sostenibilidad del sistema, ya que en realidad se está maquillando el déficit de las pensiones al trasladarlo a las cuentas generales del Estado. Añade que aunque la Airef fue reticente a aceptar esta práctica, terminó incluyendo a regañadientes tres décimas del PIB en transferencias, lo cual fue suficiente para pasar de una evaluación negativa a una positiva. Según sus cálculos, la sostenibilidad se cumple por apenas una décima.
Desde el Ministerio de Seguridad Social sostienen que algunas estimaciones incluidas en el informe de la Airef -como las relativas al sistema de cotización de los autónomos o a la evolución del empleo- han sido demasiado conservadoras, y que el impacto real de las nuevas fuentes de ingresos será superior al previsto.
De la Fuente concluye que el procedimiento establecido por el Decreto 100/2025, que permite incluir transferencias en el cálculo de sostenibilidad, es cuestionable, no solo por esa inclusión, sino también por la metodología en general. Según él, aunque es lógico incorporar datos reales sobre PIB, gasto e ingresos conforme se disponga de ellos, esto no debería implicar una revisión automática de las proyecciones del Informe de Envejecimiento, especialmente si el método de ajuste presenta inconsistencias según el origen de las desviaciones del PIB.