(Expansión, 03-03-2025) | Laboral
El mercado laboral experimentó una recuperación en la última parte del año pasado, tras haber sufrido un deterioro en la primera mitad del período. Esta situación se debió tanto a la incertidumbre sobre la economía europea como a la escasez de profesionales cualificados para ciertos puestos. En este contexto, entre el cuarto trimestre de 2023 y el mismo periodo del año anterior, se generaron 468.200 empleos, según los datos más recientes de la Encuesta de Población Activa, publicada por el Instituto Nacional de Estadística. Este incremento se concentró principalmente en sectores como la hostelería, la educación, la informática y la fabricación de metales, aunque el crecimiento se distribuyó entre más de cincuenta áreas económicas.
El sector de la restauración fue el principal impulsor del crecimiento del empleo en 2023, con la creación de 89.700 puestos de trabajo, alcanzando así un total de 1.397.900 trabajadores. A este aumento se sumaron 54.400 nuevas contrataciones en el área de alojamiento, lo que elevó el número total de nuevos empleos en la hostelería a 144.100 en 2024. Este repunte se explica por el incremento en la llegada de turistas a España, que alcanzó los 93,8 millones de visitantes internacionales, así como por la recuperación progresiva del poder adquisitivo de los consumidores nacionales.
El sector educativo también contribuyó significativamente a la generación de empleo, con 63.500 nuevas incorporaciones. La educación ha sido en los últimos años un pilar clave del mercado laboral, junto con otras áreas del Estado de Bienestar como la sanidad y los servicios sociales. En este sentido, la asistencia social en residencias sumó 28.600 trabajadores más, mientras que las actividades sociales sin alojamiento añadieron 19.200 empleos. Además, el sector público experimentó un crecimiento con 13.600 nuevas contrataciones en bibliotecas, archivos y museos, así como 2.300 en la Administración Pública y Defensa.
Por otro lado, el sector de la informática y la consultoría tecnológica generó 54.500 nuevos empleos. Este ámbito ha mostrado una notable resistencia frente a las últimas crisis económicas y ha mantenido un crecimiento sostenido, impulsado en parte por la consolidación del teletrabajo. Además, otros servicios empresariales reflejan un optimismo en el tejido productivo. Entre ellos, destacan el almacenamiento y actividades logísticas, con 33.600 nuevos empleos, el transporte terrestre (24.700), los servicios administrativos y auxiliares (18.700), la radio y televisión (18.000), la publicidad y estudios de mercado (15.100), los servicios a edificios y jardinería (11.500) y las actividades relacionadas con el empleo (10.200).
El sector de los servicios personales también experimentó un crecimiento, impulsado por la mejora del poder adquisitivo de las familias gracias al aumento de los salarios, la estabilidad de los precios y la reducción de los tipos de interés, lo que alivió a los hipotecados. Entre los subsectores con mayor crecimiento se encuentran el comercio minorista (25.000 empleos), el comercio mayorista (21.900), las agencias de viajes y turoperadores (12.200), las actividades artísticas y espectáculos (11.200), las inmobiliarias (10.500) y los servicios postales y de mensajería (10.300).
A pesar de los desafíos que enfrenta la industria en Europa, ciertos subsectores industriales en España lograron generar empleo. La fabricación de productos metálicos lideró este crecimiento con 38.300 nuevos trabajadores, seguida por la producción de maquinaria y equipo (13.700), la industria del papel (12.300), el sector del calzado y cuero (10.900), la fabricación de material eléctrico (10.200), la industria de la madera y el corcho (9.300), las artes gráficas (9.000), la fabricación de muebles (8.600) y la metalurgia (7.000). Además, sectores relacionados con la logística y los suministros también se fortalecieron, como el suministro de energía (10.900), el tratamiento de agua (5.000) y la gestión de residuos (4.700).
La construcción también tuvo un papel relevante en la creación de empleo, impulsada por la falta de obra nueva en años anteriores y el incremento de la demanda debido a la inmigración. La construcción de edificios generó 23.900 nuevos puestos de trabajo, mientras que los servicios especializados en construcción, como instalaciones eléctricas y fontanería, sumaron 19.900 empleos. En menor medida, la ingeniería civil contribuyó con 1.000 empleos, afectada por la escasez de obra pública.
Sin embargo, no todos los sectores experimentaron crecimiento. De los 52 sectores que aumentaron su empleo, hubo otros 35 que redujeron su plantilla. La agricultura fue uno de los más afectados, con la pérdida de 42.900 empleos, seguida del empleo doméstico (-34.800), el sector de los seguros (-33.200) y la sanidad (-31.800). La disminución en el ámbito sanitario resulta llamativa, ya que este sector ha sido clave en la generación de empleo en años recientes debido al envejecimiento de la población. No obstante, esta actividad también experimenta fluctuaciones estacionales que pueden explicar en parte la reducción.