(Expansión, 17-12-2024) | Fiscal

En estos momentos, la situación es tan incierta en relación con el futuro de algunos tributos que incluso los políticos, en sus declaraciones públicas, llegan a generar confusión mezclando unos impuestos con otros. Un ejemplo de esto es la identificación errónea de Repsol como la empresa más perjudicada por la tasa a la generación eléctrica, cuando en realidad dicho gravamen afecta principalmente a Iberdrola, Endesa y Naturgy.

Estas confusiones podrían considerarse simples anécdotas políticas, pero adquieren mayor relevancia debido a que hay miles de millones de euros en juego. Esta incertidumbre crea un impacto significativo en las empresas, poniendo en riesgo la continuidad de sus inversiones en España.

La fiscalidad, que incluye impuestos indirectos como el IVA y otros gravámenes menos visibles, representa entre el 30 % y el 50 % del costo de la energía en España. En conjunto, con precios de la energía moderados, hay más de 40.000 millones de euros en disputa.

El sector de los hidrocarburos, por sí solo, genera una recaudación anual superior a 23.000 millones de euros (13.000 millones provienen del impuesto sobre hidrocarburos y cerca de 10.000 millones del IVA). En el ámbito eléctrico, el IVA aporta entre 5.000 y 10.000 millones dependiendo de la volatilidad del precio de la luz.

A esto se suman aproximadamente 8.000 millones provenientes de medio centenar de tasas adicionales, como el impuesto a la producción eléctrica (unos 1.400 millones), el impuesto especial de electricidad (1.200 millones) o la tasa nuclear (más de 300 millones anuales). En el caso del gas natural, la fiscalidad ronda los 5.000 millones, a los que se añaden otros tributos sobre fuentes energéticas menores, como el butano o el gasóleo de calefacción.

En el trasfondo del debate político subyace la necesidad de rediseñar completamente la fiscalidad energética en España tras dos años marcados por medidas excepcionales. Estas incluyen la reducción del IVA de luz y gas, la suspensión del impuesto a la generación eléctrica debido a la crisis, y la creación del gravamen adicional a las energéticas, conocido como "impuestazo", que ha recaudado más de 3.000 millones de euros en dos años.

La posible continuidad del impuestazo ha llevado, por primera vez, a una unión entre todas las compañías energéticas. Grandes proyectos de empresas como Repsol o Moeve (antigua Cepsa) están en pausa hasta que se decida si este gravamen continuará. Estos proyectos, centrados en nuevas energías sostenibles como el hidrógeno y los biocombustibles, tienen el potencial de posicionar a España como líder energético en Europa. Sin embargo, la situación también se ha complicado para las eléctricas debido a la tasa a la generación de electricidad.

Esta semana será decisiva. El Gobierno ha convocado a sus socios parlamentarios a una reunión mañana con el objetivo de buscar consenso. El tema principal será el impuestazo, aunque también se abordará la posible subida del impuesto al diésel y la tasa a la generación eléctrica. Tanto los grupos energéticos como la Bolsa siguen atentos, ya que las acciones de estas compañías han experimentado caídas en las últimas semanas.

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