(El Periódico, 17-01-2025) | Laboral
La desigualdad salarial entre los trabajadores con ingresos altos y bajos ha disminuido significativamente a nivel global desde el inicio del siglo XXI, y España no ha sido la excepción. Sin embargo, según el informe "Informe mundial sobre salarios 2024-2025" de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estas disparidades siguen siendo "inaceptablemente altas". A pesar de ello, España se posiciona entre los países con menor desigualdad entre los sueldos más altos y más bajos.
El informe señala que, globalmente, el 10% de los trabajadores con los ingresos más bajos perciben apenas el 0,5% de la masa salarial total, mientras que el 10% con los salarios más altos acumulan casi el 38%. En el caso de España, la proporción es similar para el segmento con menores ingresos, pero el 10% con los sueldos más elevados concentra un 23% de la masa salarial.
Basado en datos de 72 países, que abarcan aproximadamente el 73% de los trabajadores asalariados del mundo, el estudio revela que en dos tercios de estas naciones la desigualdad salarial ha disminuido desde comienzos del siglo. Según la OIT, esta reducción global se debe, principalmente, a una caída en los ingresos reales de los trabajadores con salarios más altos. En países como España, donde el salario mínimo interprofesional (SMI) ha experimentado un notable incremento en los últimos años, esta tendencia es especialmente evidente. Por el contrario, en naciones como Francia, Italia y el Reino Unido, los empleados con los sueldos más altos han visto aumentar su poder adquisitivo.
En el informe, titulado "¿Está disminuyendo la desigualdad salarial en el mundo?", se destaca que España es un país con baja desigualdad salarial. Solo el 1,3% de los asalariados perciben un sueldo considerado como "bajo ingreso" (menos del 50% de la mediana salarial). Este porcentaje es inferior al promedio mundial, donde el 17% de los trabajadores en países de bajos ingresos, el 11% en países de ingresos medios y el 3% en países de altos ingresos se encuentran en esa categoría. Sin embargo, la OIT aclara que los datos de España no incluyen a las microempresas ni a las trabajadoras del hogar.
En cuanto a la desigualdad, el informe identifica a Estonia y Estados Unidos como los países con mayores brechas salariales, donde cerca del 10% de los trabajadores perciben menos de la mitad de la mediana. Por el contrario, Bélgica y Portugal destacan por la casi inexistencia de empleados con salarios bajos, gracias a un alto cumplimiento de sus salarios mínimos. España e Italia también presentan características similares en este aspecto.
No obstante, la OIT advierte que, en España, las mujeres y los migrantes están sobrerrepresentados en el colectivo del 1,3% de trabajadores con salarios bajos. Las mujeres constituyen el 60% de este grupo y los migrantes, el 26%.
La OIT subraya que, tras el aumento de la inflación desde 2021, los salarios reales, tanto en España como a nivel mundial, están recuperando terreno con la progresiva disminución de la inflación. A pesar de ello, los salarios en España aún registran una pérdida de poder adquisitivo del 1,5% desde 2021, ya que han crecido menos que la inflación acumulada en este periodo (12,1%). Desde la crisis financiera de 2008, la pérdida de poder adquisitivo se eleva al 4,5%.
El informe también destaca que, aunque la productividad por trabajador ha crecido un 9% desde 1999, los salarios han perdido el 0,8% de su capacidad adquisitiva en el mismo periodo. Esto sugiere que los beneficios derivados de la mayor productividad han sido absorbidos por las empresas o destinados al pago de impuestos, en lugar de ser transferidos a los trabajadores.