(El País, 04-02-2025) | Mercantil, civil y administrativo

La renta bruta disponible de los hogares, ajustada por inflación, superó en un 5,4% el nivel promedio de 2019 durante el tercer trimestre del año pasado, según el informe del Banco de España sobre la situación financiera de familias y empresas en la segunda mitad del año. Los datos reflejan que la renta de los hogares aumentó un 8,2% interanual en el tercer trimestre de 2024, aunque este crecimiento se moderó en ocho décimas respecto al trimestre anterior. En términos reales, es decir, sin el efecto de los precios, el incremento fue del 4,2%. Según el informe, esta evolución ha contribuido a reducir la vulnerabilidad financiera de los hogares hasta niveles históricamente bajos.

El freno en el crecimiento de la renta bruta disponible -que incluye ingresos salariales, rentas del capital, prestaciones sociales y transferencias, menos impuestos directos y cotizaciones a la Seguridad Social- se debió principalmente al menor crecimiento de las rentas de propiedad. En cambio, el empleo impulsó en 0,7 puntos la contribución de los salarios al incremento de la renta, situándola en seis puntos porcentuales.

Por otro lado, la tasa de ahorro de los hogares en relación con su renta aumentó 1,1 puntos porcentuales en el tercer trimestre de 2024, alcanzando el 14,2% de la renta bruta disponible. Este repunte llevó la tasa de ahorro a niveles históricamente altos, situándola por encima del percentil 90. El informe señala que esta tendencia se debe, en parte, a una menor propensión al consumo, especialmente entre los hogares con mayores ingresos, aquellos que viven en régimen de alquiler y quienes han acumulado más activos líquidos.

En la segunda mitad del año, la vulnerabilidad financiera de las familias siguió disminuyendo. El porcentaje de hogares con una carga financiera elevada descendió en medio punto porcentual desde 2022, situándose en el 4,1% en 2024. Esta reducción fue generalizada en todos los niveles de renta, aunque más pronunciada entre los hogares con menores ingresos, impulsada por el crecimiento del empleo y los ingresos. Asimismo, el porcentaje de familias que destinaban más del 70% de su renta a gastos esenciales (deuda, alimentación, suministros y alquiler) bajó al 15,2%, el nivel más bajo desde 2014.

A pesar del aumento del ahorro, el menor coste de financiación favoreció el crecimiento del consumo. El crédito al consumo en términos nominales aumentó un 20,6% interanual hasta noviembre, y el gasto real en consumo privado por hogar se acercó a los niveles previos a la pandemia. No obstante, el flujo real de crédito en el tercer trimestre de 2024 seguía siendo un 14% inferior.

En cuanto al endeudamiento, la deuda de los hogares representó el 69% de la renta bruta disponible en el tercer trimestre de 2024. Según el Banco de España, la inflación ha seguido reduciendo el valor real de la deuda, lo que, junto con el aumento de la renta real, ha contribuido a rebajar la ratio de endeudamiento.

El incremento del precio de la vivienda en los últimos trimestres ha beneficiado a los propietarios, consolidándose como el principal factor de aumento de la riqueza neta de los hogares, con un crecimiento del 2,1% en el tercer trimestre respecto al anterior. Sin embargo, este encarecimiento ha dificultado el acceso a la vivienda para nuevos compradores.

A pesar de este obstáculo, desde finales de 2023, la reducción de los costes de financiación y el incremento de la renta per cápita han mejorado la accesibilidad a las hipotecas. El Banco de España destaca que los indicadores de accesibilidad mejoraron en 6,6 puntos interanuales hasta el tercer trimestre de 2024, aunque persiste parte del endurecimiento de las condiciones registrado entre 2022 y 2023.

El alivio en la política monetaria del Banco Central Europeo también ha mejorado las condiciones de financiación para los hogares. La predominancia en España de hipotecas a tipo variable y créditos al consumo a corto plazo permitió que el coste medio de los préstamos disminuyera en 2024, mientras que en el resto de la zona euro continuó aumentando.

El crédito para la compra de vivienda creció hasta noviembre, aunque con diferencias según el tipo de préstamo. En la segunda mitad del año, el 62% de los nuevos créditos hipotecarios fueron a tipo fijo, una proporción mayor que en el mismo periodo de 2023 (44%). En contraste, los préstamos a tipo mixto y variable representaron el 28% y 10% de las operaciones, respectivamente, frente al 40% y 16% del año anterior. Además, el saldo vivo de las hipotecas, que había caído de forma ininterrumpida durante dos años, aumentó un 0,3% hasta noviembre.

En comparación con otros países de la zona euro, los hogares españoles concentran una mayor parte de su riqueza en activos inmobiliarios, sin grandes diferencias según el nivel de ingresos. No obstante, la deuda destinada a la compra de vivienda representa un porcentaje menor de la riqueza bruta de las familias en España que en el resto del área del euro. Según los expertos, esto se debe en gran medida a la elevada proporción de viviendas en propiedad entre mayores de 65 años sin cargas hipotecarias.

De cara al futuro, el Banco de España prevé que la reducción de la carga financiera para los hogares con préstamos a tipo variable continúe en los próximos trimestres. Se estima que más del 60% de estos préstamos, tanto para familias como para empresas, podrían ver su coste reducido en más de 100 puntos básicos en la primera mitad de 2025, en comparación con los niveles de septiembre de 2024.

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