(El Economista, 31-12-2024) | Laboral
Las ausencias laborales, tanto justificadas como injustificadas, continúan aumentando trimestre tras trimestre sin que Gobierno, patronal ni sindicatos logren encontrar una explicación clara. El absentismo laboral es un tema que lleva varios años preocupando a todos los actores del mercado de trabajo y que ha ganado relevancia desde la pandemia del coronavirus, cuando comenzó a observarse un incremento significativo en las bajas por incapacidad temporal (IT). Durante 2024, esta tendencia se ha mantenido, tal como refleja el último informe de Randstad correspondiente al tercer trimestre, en el que se reporta un aumento del 5% en las ausencias relacionadas con accidentes o bajas médicas entre julio y septiembre.
En este periodo, un promedio de 1,38 millones de trabajadores se ausentó de su puesto de trabajo, de los cuales más de un millón lo hizo con una baja médica. Este dato incluye tanto ausencias justificadas como injustificadas, considerando también permisos como los relacionados con el cuidado de menores (maternidad o paternidad) u otros no previstos en la jornada laboral anual. Las bajas médicas, respaldadas por la certificación de un profesional sanitario, son justificadas, pero su elevado volumen genera preocupación debido a factores como la sobrecarga del sistema de atención primaria, que retrasa la recuperación y el alta, así como el aumento de problemas relacionados con la salud mental.
Según el informe, el nivel de absentismo alcanzó en el tercer trimestre un 6,3% de las horas pactadas, lo que supone un incremento de tres décimas en comparación con el 6% registrado en el mismo periodo de 2023. Además, el estudio destaca que más de 293.000 personas faltaron diariamente a su trabajo por motivos distintos a una baja médica, lo que representa el 21,2% del total de ausencias. Este dato incluye tanto permisos como ausencias injustificadas y retrasos, y refleja un crecimiento constante en los últimos trimestres, principalmente debido al aumento de bajas médicas, según explica Juan Ramón Benito, analista de datos de Randstad Research.
El impacto del absentismo no es uniforme entre los sectores económicos. La industria presenta el mayor índice, con un 6,9% de las horas pactadas perdidas, seguida de cerca por los servicios (6,3%) y la construcción (5,3%). Dentro de estas grandes áreas, ciertas actividades destacan por sus niveles especialmente altos de absentismo, como los juegos de azar (11,1%), los servicios de limpieza y jardinería (10,9%), las actividades postales y de correo (10,6%) y la asistencia en residencias.
A nivel territorial, Canarias lidera las tasas de absentismo con un 8,1% en el tercer trimestre, seguida por País Vasco (7,6%), Galicia (7,6%) y Murcia (7,2%). En contraste, las regiones con menor incidencia son Madrid (5,4%), Baleares (5,8%), Andalucía (6%) y Castilla-La Mancha (6,1%). Sin embargo, al analizar específicamente las bajas médicas, Canarias, Galicia y País Vasco mantienen las cifras más altas.
En total, se perdió un 5% de las horas pactadas, lo que equivale a una media diaria de 1.087.875 trabajadores de baja. Ante esta situación, el Ministerio de Seguridad Social tiene previsto iniciar en tres meses una mesa de diálogo con representantes de CEOE, Cepyme, CCOO y UGT para abordar el problema del absentismo laboral, tal como se acordó en la última reforma de pensiones.