(El Economista, 25-07-2024) | Laboral

El salario bruto anual medio alcanzó en 2023 los 26.555,89 euros, estableciendo un nuevo récord histórico al crecer un 4,7% respecto al año anterior. Este incremento superó la inflación del mismo periodo, que fue del 3,5%, y elevó los costes laborales (lo que paga el empleador por trabajador) a 36.130,66 euros, un 5,4% más. Sin embargo, los salarios no fueron el componente que más aumentó; ese puesto lo ocuparon las cotizaciones, que se dispararon un 7,2% hasta los 8.640,24 euros, marcando también un máximo histórico.

La Encuesta Anual de Coste Laboral (EACL) del año 2023, publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desglosa los costes laborales asumidos por los empleadores el año pasado y confirma un aumento generalizado en casi todas las partidas. La destinada a salarios fue la mayor, representando un 73,5% del coste laboral, aunque medio punto menos que en 2022. A pesar de esto, el incremento salarial del pasado año fue el segundo mayor desde 2008, solo superado por el de 2021 tras la caída provocada por la pandemia.

No obstante, el aumento de las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social, del 7,2%, es el más intenso registrado en al menos los últimos 15 años, elevando su peso en los costes laborales a un inédito 23,91%, cinco décimas más que el año anterior (las mismas que han perdido los sueldos). La combinación de estos dos factores representa el 97,4% de los costes laborales, que en términos netos, es decir, una vez deducidas las subvenciones y deducciones por fomento del empleo y formación profesional, suman 35.897,47 euros, un 5,4% más.

El aumento de los salarios responde a diversos factores como la subida del SMI y la reactivación de la negociación colectiva tras el acuerdo marco firmado por patronales y sindicatos en mayo. También influye la reforma laboral que ha elevado el número de contratos indefinidos y ha encarecido los temporales. Este último factor también ha repercutido en las cotizaciones sociales, junto con el incremento de las cotizaciones impuesto por el Gobierno el año pasado.

En comparación, el resto de los componentes del coste laboral tienen menor peso, aunque también han registrado aumentos significativos. Destacan las indemnizaciones por despido, que aunque solo representan el 0,54% del total (195,21 euros), se incrementaron un 35% el año pasado. Por su parte, las prestaciones sociales, que sumaron 297,7 euros, son la única partida que disminuyó, con un descenso del 3,9%.

El coste laboral por trabajador varió entre los 22.101,0 euros anuales brutos en la Hostelería y los 83.073,7 euros en Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado. La brecha es igual de significativa en términos salariales: 16.014,78 euros frente a 63.076,97 euros, una diferencia de 47.062,19 euros.

En cuanto a la variación del coste laboral respecto al año anterior, fue mayor en Comercio y en Actividades administrativas y Servicios, alcanzando el 7%. Por el contrario, las Actividades financieras y de seguros y el Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado registraron los menores aumentos anuales en el coste laboral, con apenas un 1%. En términos salariales, el comportamiento interanual es similar, salvo en el caso de las actividades inmobiliarias, que subieron un 7,1%, superando al comercio y las actividades administrativas.

La hostelería, con los salarios más bajos, registró un incremento del 6,5% en los costes laborales y del 5,5% en el salario bruto, lo que indica que sus trabajadores no se beneficiaron tanto de la mejora de las retribuciones como en 2022, cuando casi alcanzaron un aumento del 12%. Por lo tanto, la brecha con otros sectores sigue sin reducirse significativamente.

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