(Expansión, 29-11-2024) | Laboral

El próximo año, más de 11 millones de pensiones se incrementarán al menos un 2,8%. Este ajuste corresponde a la inflación media anual, calculada tras conocerse el avance del IPC de noviembre: los precios subieron un 2,4% interanual, seis décimas más que en octubre, impulsados por el aumento en los costes de carburantes y electricidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este indicador es fundamental para determinar la revalorización de las pensiones, cuya fórmula establece la media de la inflación anual entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024, que provisionalmente se sitúa en 2,8%. Aunque este porcentaje no es definitivo, suele haber pocas variaciones respecto al dato oficial que el INE publicará a mediados de mes.

El incremento del 2,8% supondrá, en promedio, unos 600 euros más al año para quienes reciben una pensión de jubilación media, y aproximadamente 500 euros anuales para las pensiones promedio del sistema. Beneficiará a los 9,3 millones de personas que perciben las 10,3 millones de pensiones contributivas, así como a los 720.148 beneficiarios del Régimen de Clases Pasivas del Estado, que también verán sus prestaciones ajustadas según este índice.

Además, los pensionistas que perciban pensiones mínimas o no contributivas podrían recibir un incremento superior, pendiente de aprobación por el Gobierno, siguiendo la recomendación 15ª del Pacto de Toledo. Esta propone que estas prestaciones más bajas aumenten en mayor proporción. Así ocurrió en 2024, cuando las pensiones generales subieron un 3,8%, pero las mínimas y no contributivas aumentaron un 6,9%.

Esta será la tercera vez que las pensiones se actualizan conforme a la evolución de los precios, una medida introducida para preservar el poder adquisitivo de los pensionistas. En 2022, las pensiones subieron un 2,5%; en 2023, durante la crisis inflacionaria, el incremento fue del 8,5%; y en 2024, del 3,8%. Aunque el coste exacto de la revalorización para 2025 se conocerá cuando se confirme el IPC de noviembre, se estima que el aumento del 2,8% implicará un gasto cercano a los 6.000 millones de euros, sin incluir el posible ajuste adicional para las pensiones mínimas y no contributivas.

Por otro lado, este ajuste también determinará el aumento de la pensión máxima, que pasará de 3.174 euros mensuales (en 14 pagas) a cerca de 3.300 euros, y de la base máxima de cotización, que alcanzará los 5.000 euros mensuales (60.000 euros anuales). Además, se mantendrán los cambios previstos por las reformas del sistema de pensiones iniciadas en 2011, como el aumento progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años en 2027 y la mayor exigencia para acceder al 100% de la pensión.

En 2025, la edad legal de jubilación será de 66 años y 8 meses para quienes hayan cotizado menos de 38 años y 3 meses. Aquellos con mayor tiempo cotizado podrán retirarse a los 65 años. El mínimo de años cotizados para acceder a una pensión pública seguirá siendo de 15, de los cuales al menos dos deberán estar dentro de los últimos 15 años previos a la jubilación. Con 15 años cotizados se tendrá derecho al 50% de la base reguladora, mientras que para alcanzar el 100% será necesario haber cotizado al menos 36 años y 6 meses, requisito que aumentará a 37 años en 2027.

Por último, a partir de 2026, se comenzará a aplicar de manera gradual un nuevo método para calcular la base reguladora, que permitirá elegir entre los últimos 25 años cotizados o bien 29 años excluyendo los dos peores años, con el fin de beneficiar al trabajador.

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