(El Periódico, 14-02-2025) | Fiscal

Desde 2018, el salario mínimo interprofesional (SMI) ha experimentado un incremento del 61%, pasando de 735,9 euros mensuales a 1.184 euros en 2025. Este aumento responde al objetivo de que el SMI represente el 60% del salario medio del país, en línea con lo estipulado por la Carta Social Europea. Para garantizar el cumplimiento de esta meta, el Gobierno cuenta con un comité de expertos cuya función principal es asesorar sobre los ajustes anuales necesarios para mantener dicho porcentaje.

En su último informe, entregado el 9 de enero a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, los expertos subrayaron que el Comité Europeo de Derechos Sociales, encargado de velar por el cumplimiento de la Carta Social, establece que el salario mínimo no debe ser inferior al 60% del salario medio, considerando ambos en términos netos, es decir, después de impuestos.

Teniendo esto en cuenta, cuando el comité propuso un aumento del SMI de entre el 3,44% y el 4,44% para 2025, lo hizo considerando que el SMI comenzaría a tributar en el IRPF, según explicó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. De esta manera, la recomendación fue elevar el SMI bruto dentro de esa horquilla para que, tras la aplicación del IRPF, el salario neto alcanzara el 60% del salario medio neto. Finalmente, el Gobierno optó por un aumento del 4,4%, situando el SMI en 16.576 euros anuales (1.184 euros mensuales en 14 pagas).

Este incremento se ajusta a la previsión de que el SMI tribute en el IRPF. Sin embargo, los expertos advirtieron que, si el Gobierno decidiera modificar el IRPF para eximir al SMI de esta tributación -como propone Yolanda Díaz-, el crecimiento del salario bruto debería ser menor para mantener el mismo nivel de SMI neto. En otras palabras, si el SMI quedara exento de IRPF, el aumento debería ser inferior al rango del 3,44%-4,44% propuesto inicialmente.

De no aplicarse la tributación del IRPF al nuevo SMI de 16.576 euros, su proporción respecto al salario medio neto se situaría en torno al 70%, superando ampliamente el umbral del 60% fijado como referencia por los asesores del Ejecutivo.

El informe de los expertos, compuesto por 28 páginas, profundiza en la relación entre el SMI y los impuestos. Explica que, en España, tanto los trabajadores con salario medio como aquellos que perciben el SMI contribuyen a la Seguridad Social en el mismo porcentaje. No obstante, mientras los primeros sufren retenciones por IRPF, los segundos han estado exentos de dicho impuesto en los últimos años debido a decisiones del Consejo de Ministros, que mantuvieron el SMI en el límite de tributación del IRPF.

El documento argumenta que, dado que el objetivo del SMI es garantizar un nivel de ingresos que cubra necesidades básicas, lo lógico es considerar el salario neto disponible para el trabajador, en lugar del bruto, ya que una parte de este último se destina a impuestos y cotizaciones. En España, las retenciones del IRPF pueden alcanzar aproximadamente el 17%, dependiendo de la situación personal y familiar, mientras que la contribución del trabajador a la Seguridad Social es del 6,47%.

En sus estimaciones para 2022, 2023 y 2024, los expertos no tuvieron en cuenta la tributación del IRPF, ya que el SMI se mantenía por debajo del umbral de tributación. Sin embargo, para 2025, al prever que cualquier incremento del SMI lo haría tributar, se propuso un aumento del salario bruto de entre el 3,4% y el 4,4% con el fin de que el salario neto alcanzara el 60% del salario medio neto.

El informe concluye que, si no se modifica el umbral de tributación del IRPF, este ajuste es necesario para mantener el equilibrio entre SMI neto y salario medio neto. En cambio, si se elevara dicho umbral -como propone Díaz-, habría que recalcular las retenciones, lo que implicaría una menor subida del SMI bruto para que el salario neto no supere el 60% del salario medio.

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