(Cinco Días, 04-12-2024) | Mercantil, civil y administrativo

Última subasta de letras a seis y doce meses de 2024. En un contexto de gran volatilidad en los mercados de deuda, donde incluso los países considerados más seguros están bajo presión, el Tesoro ha logrado mantener el interés de los inversores. Este organismo, dependiente del Ministerio de Economía, ha conseguido captar 4.748,21 millones de euros a tipos de interés más bajos. Aunque las rentabilidades han dejado atrás sus niveles máximos, los inversores no han querido desaprovechar las últimas oportunidades de obtener rendimientos atractivos antes de que el Banco Central Europeo (BCE) continúe recortando tipos para evitar un mayor impacto en la economía. La demanda total alcanzó los 8.614,76 millones de euros, lo que supone una ratio de cobertura de 1,8 veces la oferta, destacando especialmente las solicitudes de los inversores particulares, que superaron los 2.188,79 millones.

La mayor parte de la emisión, 1.948,21 millones de euros, correspondió a las letras a seis meses. En línea con la caída de rentabilidades en el mercado secundario, el tipo marginal se redujo a un 2,585%, por debajo del 2,882% registrado en la puja anterior y marcando el nivel más bajo desde enero. Este descenso no ha mermado el interés de los pequeños ahorradores, cuyas órdenes no competitivas, mayoritariamente de particulares, alcanzaron los 1.233,39 millones de euros, un récord histórico.

Por otro lado, en las letras a 12 meses el Tesoro adjudicó 2.800 millones de euros a un tipo marginal del 2,228%, el nivel más bajo en 13 meses. Las solicitudes de los particulares para esta referencia también fueron notables, con un total de 955,44 millones de euros, el mayor volumen desde agosto.

A lo largo de 2024, las rentabilidades de la deuda han experimentado un cambio significativo, especialmente en las emisiones a muy corto plazo, las más sensibles a los ajustes en los tipos de interés. Después de un 2023 marcado por una subida acelerada de los tipos por parte del BCE para contener la inflación, este año los inversores han centrado su atención en las bajadas de tipos y su ritmo. Desde que Christine Lagarde impulsara en junio el primer recorte en más de ocho años, el BCE ha realizado dos reducciones adicionales, encadenando por primera vez desde la crisis del euro dos bajadas consecutivas.

Aunque la inflación se ha moderado, las últimas cifras muestran un ligero repunte, situándose aún por encima del objetivo del 2%. Sin embargo, el mercado anticipa que el BCE priorizará el crecimiento económico. Los indicadores recientes reflejan un debilitamiento de la economía en la zona euro, con señales de contracción en el sector servicios, que hasta ahora había resistido mejor. En este contexto, Philip Lane, economista jefe del BCE, ha señalado que las decisiones futuras se basarán en riesgos a medio plazo, aunque muchos advierten que el principal peligro ya no es la inflación, sino el estancamiento económico.

Con un escenario de tipos más bajos, las rentabilidades de la deuda seguirán disminuyendo, lo que representa un alivio tanto para emisores públicos como privados. El Tesoro ya ha empezado a beneficiarse de esta situación. La reducción del coste del dinero, junto con la confianza de los inversores en la economía española, ha permitido al organismo dirigido por Paula Conthe abaratar el coste de las nuevas emisiones y reducir el tipo medio de la deuda en circulación. En octubre, último mes con datos disponibles, el tipo medio de las nuevas emisiones era del 2,876%, 108 puntos básicos menos que el 3,957% de hace un año, cuando los tipos se situaban en el 4,5%, frente al 3,25% actual. Además, el coste de la deuda en circulación se encuentra en torno al 2,21%.

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