(El Confidencial, 13-12-2024) | Fiscal
En las últimas semanas, muchas pequeñas empresas han acelerado el reparto de dividendos, adelantando parcial o totalmente los beneficios obtenidos este año. Este comportamiento, poco habitual, responde al objetivo de que los grandes patrimonios eviten el impacto de la reciente subida del IRPF aprobada en la reforma fiscal.
Hace tres semanas, el Congreso dio luz verde a un incremento de dos puntos en el tramo más alto del IRPF sobre las rentas del ahorro, pasando del 28% al 30%. Esta medida, impulsada por partidos de izquierda y aceptada por Junts y el PNV, busca equiparar más la tributación de las rentas del capital con las del trabajo. La reforma entrará en vigor en 2025, afectando a los dividendos percibidos por contribuyentes con patrimonios elevados.
Para evitar este aumento, los empresarios con ingresos altos están adelantando el reparto de dividendos a este año, asegurando así que tributen al tipo actual del 28% en lugar del 30% que aplicará desde el próximo ejercicio. Esta subida de impuestos afecta exclusivamente a rentas superiores a 300.000 euros anuales, por lo que está dirigida a patrimonios significativos.
Para aquellos empresarios cuyos ingresos provienen principalmente de los dividendos de sus empresas, adelantar el pago supone una reducción fiscal considerable. Según Siro Barro, abogado fiscalista del despacho Escalona & de Fuentes, "la opción de un dividendo a cuenta, exigible en 2024, es una estrategia acertada para muchos que quizás no consideran el ahorro del 2%". Barro aclara que "si el acuerdo de reparto no establece una fecha de pago, los dividendos serán exigibles desde el día siguiente a dicho acuerdo".
Los expertos fiscales coinciden en que los empresarios están utilizando esta estrategia para evitar el impacto de la reforma. Además, no es necesario desembolsar los dividendos de inmediato; basta con que sean exigibles antes de que termine el año para que se incluyan en la tributación de 2024, no en la de 2025. También se están adelantando operaciones como la venta de acciones o participaciones que generen rentas sujetas al IRPF. Sin embargo, esta táctica sólo será útil este año, ya que a partir de 2025 los grandes patrimonios no podrán eludir el aumento del tipo marginal superior del IRPF.